España, ¿fin del huso horario impuesto por Franco durante la Alemania Nazi?

España sigue un horario que no se corresponde con su posición geográfica. ¿El motivo? Una decisión tomada por Franco en 1942.

El Gobierno español quiere impulsar un diálogo entre todas las fuerzas políticas para la elaboración de un Pacto Nacional que permita la conciliación y la racionalización de horarios. Entre las medidas a estudiar están no solo que la jornada laboral finalice antes sino también la posibilidad de cambiar el huso horario.

España, a excepción de las islas Canarias, sigue el horario europeo central, el mismo que tienen países como Alemania, Francia e Italia. Sin embargo, por su situación geográfica, en el occidente europeo y atravesada por Greenwich, debería seguir el huso occidental, como Reino Unido o Portugal. Dicho con otras palabras, el reloj de España está adelantado una hora. 

España sigue un huso horario que no le corresponde

La causa de este desfase horario no es casual y se remonta a los años de la dictadura, cuando Francisco Franco obligó a los españoles a adelantar una hora sus relojes para estar en sintonía con la Alemania nazi, que había impuesto en todos los territorios ocupados el actual horario centroeuropeo. 

No fue el único país que adoptó esta medida. Las ansias por seguir cada movimiento de Adolf Hitler provocó que Reino Unido, Portugal y Francia también se sumaran a esta iniciativa, aunque una vez finalizada la II Guerra Mundial, los británicos y los portugueses recuperaron el horario de Greenwich, mientras España y Francia mantuvieron el de Berlín. De hecho, España no recuperó la hora de verano hasta mediados de la década de los 70, cuando la crisis del petróleo obligó al caudillo a tomar medidas para el ahorro energético. 

Ventajas e inconvenientes del cambio

Según los expertos, si en España se retrasan los relojes una hora adecuándolos al huso que le corresponde, los ritmos biológicos (aquellos que se rigen por la hora solar y no por la del reloj) se adecuarán a los 'bioritmos', lo que se traduce en mayor calidad de vida y mejor productividad. 

Sin embargo, el cambio de huso conllevaría implícitamente un cambio de costumbres que muchos ciudadanos defienden: cenas más tardías que en el resto de Europa y 'prime times' televisivos hasta pasada la medianoche. 

Además, la idea de regresar al huso occidental 74 años después, no es acogida por igual en todas las comunidades autónomas. Mientras en Galicia desde hace más de una década piden atrasar una hora sus relojes para regresar al huso occidental, en Baleares o Valencia - dos regiones muy turísticas - no están dispuestos a perder una hora de luz al final de la jornada.