Residentes de Alepo han contado a RT cómo trabajan en la ciudad siria los Cascos Blancos, la organización de la defensa civil siria apoyada y financiada por los países occidentales. Mientras los activistas occidentales aplauden las actividades de los Cascos Blancos, que se define como una organización de voluntarios para la protección y la asistencia de civiles, estos tienen otra visión bien diferente con respecto al trabajo de este grupo.
La población de la ciudad, recientemente evacuada por las tropas gubernamentales de las zonas de Alepo controladas por los rebeldes, acusa a los Cascos Blancos de "posar ante las cámaras" y de ser unos "ladrones y saqueadores". Uno de los residentes dijo que "una vez están fuera de la vista de las cámaras, dejan a la gente bajo los escombros". El hombre acusa además a los activistas de haber provocado la muerte de su hija por una negligencia médica: "le pusieron una inyección con aire".
"Algunos de ellos son honestos, pero muchos son solamente ladrones", se quejan los vecinos. Un hombre cuenta la historia de cómo tras sufrir un ataque aéreo en su casa, los Cascos Blancos trataron de privarle de su vivienda para convertirla en una base de operaciones.
Mientras la misión oficial de este grupo de defensa es prestar primeros auxilios médicos a las víctimas de los bombardeos, y pese a que distintos medios de comunicación occidentales les dedican calificativos como "heroicos" y "valientes", las autoridades de Rusia y Siria los han acusado repetidamente de hacer un trabajo de propaganda contra el Gobierno sirio divulgando noticias falsas e incluso de tener vínculos con agrupaciones terroristas islamistas como el Frente Al Nusra.