Esta semana, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, anunció que designará como secretario de Seguridad Nacional a John Kelly. Entre sus tareas estarán la prevención del terrorismo, la protección del presidente, así como de la costa del país, la seguridad aérea, dar respuesta a los desastres naturales y asegurar el cumplimiento de las leyes de inmigración.
Kelly es un general retirado del Cuerpo de Marines que estuvo tres veces en Irak. Sin embargo, destaca por haber dirigido el Comando Sur -encargado de las operaciones militares en América Latina y el Caribe- entre 2012 y 2016.
Sus nuevas funciones, combinadas con las duras posiciones que sostuvo con respecto a temas como el tráfico de drogas, la lucha contra el terrorismo y la inmigración, prevén un escenario complejo para los países latinoamericanos.
Drogas, terrorismo e inmigrantes
"Es la persona adecuada para dirigir la urgente misión de detener la inmigración ilegal y asegurar nuestras fronteras, de mejorar la coordinación entre la inteligencia y las fuerzas del orden", afirmó Donald Trump en un comunicado. Allí se citaba también al propio Kelly: "El pueblo estadounidense votó en estas elecciones en favor de frenar el terrorismo, recuperar la soberanía de nuestras fronteras y poner fin a la actitud políticamente correcta que rigió durante demasiado tiempo nuestra visión de la seguridad nacional", sostuvo el ex marine.
El año pasado, en una audiencia en el Senado estadounidense, el futuro secretario de Seguridad Nacional declaró: "A menos que sea enfrentada por una crisis inmediata, visible o incómoda, la tendencia de nuestra nación es tomar la seguridad del hemisferio occidental por sentada. Creo que esto es un error". No obstante también dijo que "ningún muro va a funcionar por sí solo", en relación al que ya se está construyendo en la frontera y se prevé extender bajo el mandato de Trump.
Kelly se enfrentó además a la administración de Barack Obama en diversos temas. En varias oportunidades, ha señalado que defiende el concepto tradicional de "guerra contra las drogas" aplicado en el marco del Plan Colombia, y dijo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) "son una amenaza porque están involucrados en la producción y el tráfico de drogas hacia EE.UU.". Esto difiere de la mirada de Obama y hasta del propio presidente colombiano Juan Manuel Santos, que impulsa un proceso de paz con el grupo insurgente.
Finalmente, Kelly fue duramente cuestionado por su posición respecto a la cárcel de Guantánamo, que estaba bajo su jurisdicción en el Comando Sur. Durante su administración, estuvo a favor de técnicas de tortura como la alimentación forzada de los prisioneros que estaban en huelga de hambre. Además, restringió el acceso de la prensa a la base naval.
Su paso por el Comando Sur y su relación con América Latina
Más allá de las políticas migratorias y antiterroristas que pueda aplicar Kelly desde la Secretaría de Seguridad Nacional, su pasado al frente del Comando Sur marca claramente cuál es su mirada respecto a la situación latinoamericana. Fernando Vicente Prieto, analista internacional y columnista de Telesur, explicó en diálogo con RT que este general retirado "es una figura que encarna el espíritu guerrerista e imperialista de EE.UU. sobre la región".
Vicente Prieto recordó que "a principio de este año Kelly dio unas polémicas declaraciones a la 'CNN', donde contaba que rezaba todas las noches pensando en Venezuela, muy preocupado por la crisis humanitaria". Allí planteaba directamente que "en el caso de que la ONU y la OEA lo pidieran, el Comando Sur estaría dispuesto a intervenir sobre territorio venezolano".
Para el experto, no hay dudas que se trata de "un halcón, una figura realmente muy peligrosa, que también expresa de algún modo que Trump, más allá de ser un 'outsider' de la política estadounidense, se está rodeando de figuras de extrema derecha, lo cual presagia malos tiempos para todo el continente".
Santiago Mayor