"La Unidad debe ser reestructurada y relanzada", admitió el secretario general de la alianza opositora, Jesús Torrealba.
El año pasado, por estas fechas, el ánimo en los predios opositores era distinto. Después de arrasar en los comicios parlamentarios, la derecha venezolana disfrutaba las mieles del triunfo y prometía a sus simpatizantes sacar del gobierno al presidente Nicolás Maduro. ¿Qué ocurrió en 365 días?
Camino de dudas
"Espero que la Unidad esté a la altura, creo que hay que relanzarla. En lo que a mí respecta, en los primeros días de enero espero que estemos alineados para plantear a los venezolanos una ruta de lucha", dijo este lunes el tres veces perdedor de las elecciones presidenciales Henrique Capriles.
El descontento con la alianza opositora es generalizado después del fracaso del referendo revocatorio por el fraude en la recolección de firmas, la ineficacia de las protestas de calle convocadas para "salir de Maduro" y la maniobra de un "juicio político" -que no está previsto en la Constitución- para sacar al mandatario de la Presidencia.
La última opción de la derecha fue aceptar la propuesta de sentarse a dialogar con el Gobierno. A finales de octubre ocurrió el primer acercamiento, con mediación del Vaticano, pero el resultado fue desalentador: las pugnas internas se hicieron más palpables.
Mientras un sector defiende su presencia en la mesa de negociaciones, otro exige acciones violentas y un tercero -encabezado por Capriles- llegó al punto de acusar a sus colegas de "colaborar" con el gobierno.
Carta de despido
El malestar dentro de derecha no ha pasado inadvertido para el gobierno. La semana pasada, el presidente Maduro lamentó los ataques en contra de los asistentes al diálogo y auguró el próximo despido del secretario general de la MUD (alianza de partidos opositores).
"Ya tiene carta de despido (...) perdí un amigo en la MUD", sostuvo el mandatario, quien se refirió en términos elogiosos a Torrealba, más allá de sus diferencias políticas. El secretario general no se tomó a bien el halago aunque deslizó que estaría al frente de la derecha hasta que la coalición "lo considere", refiere El Nacional.
El movimiento dentro de la oposición es evidente. A principios de este mes se anunció que quien relevará a Henry Ramos Allup como presidente de la Asamblea Nacional será el diputado Julio Borges, del partido de derecha Primero Justicia, mientras se atizan los rumores de la salida de Torrealba de la secretaría general y las facciones minoritarias de la MUD insisten en encender las protestas callejeras.
Este lunes, las toldas más pequeñas y radicales de la oposición -opuestas al diálogo con el gobierno- convocaron a una protesta nacional este martes para "declarar el abandono del cargo y la falta absoluta" del Primer Mandatario, aseguró María Corina Machado, del partido Vente Venezuela.
Diálogo en 'stand by'
El año 2016 ha sido complicado para la economía venezolana. Los bajos precios del petróleo, el asedio financiero a las cuentas nacionales y el bloqueo que ha sido denunciado por el Ejecutivo parecían ser el caldo de cultivo perfecto para que la oposición sacara rédito político. Sin embargo, esto no ocurrió.
Para el periodista y ex vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, la respuesta tiene que ver con las escisiones internas de la MUD: "las tendencias (de división) se han incrementando al máximo y el radicalismo se ha incrementado en la calle", sostuvo la semana pasada en su programa dominical.
Entretanto, dirigentes opositores de Primero Justicia y Voluntad Popular fueron capturados y señalados como responsables de actos vandálicos en contra de dos entidades bancarias del Estado en sureste del país: "Siempre la derecha en contra de los intereses nacionales buscando generar violencia", dijo Maduro el sábado pasado, citado por AVN.
Pero pese a los escollos de las últimas semanas, la vía del diálogo sigue abierta. El próximo 13 de enero es la fecha tentativa para un encuentro que ha sido puesto en "veremos" por los voceros de la oposición. No obstante, sus asesores insisten en que la peor opción sería renunciar a la mesa de negociación.
El director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, por ejemplo, reveló en días recientes que al menos 60% de los venezolanos opinaba que la derecha debía sentarse con el gobierno para dialogar. Un estudio de la firma Hinterlaces ubica en 73% el apoyo a las conversaciones.
A pocas semanas de que termine el año, el desasosiego colma a los simpatizantes de la oposición. Este lunes, la MUD estuvo entre las tendencias más comentadas en las redes sociales y sus seguidores expresaron severas críticas al liderazgo de derecha. Lo único seguro, según las declaraciones de sus principales voceros, es que en la oposición habrá un sacudón interno. Y será en las próximas semanas.
Nazareth Balbás