"Los medios de comunicación ya no son lo de antes", se queja Germán, un obrero petrolero que al salir de su jornada de trabajo, cerca de las cuatro de la tarde, se sienta a leer todo el periódico del día. Desde la portada hasta la última letra. Y tiene razón.
Los medios tradicionales existen desde hace mucho tiempo, pero desde hace algunos años, la proliferación de plataformas comunicacionales soportadas por Internet ha cambiado la forma de relacionarse con las noticias.
"Con el paso de los años, el público ha desarrollado colectivamente formas de identificar matices ideológicos en la cobertura periodística, y también de distinguir las historias verídicas de las paródicas o satíricas", escribe Pablo J. Boczkowski, académico argentino especialista en Estudios de Ciencia y Tecnología.
Pero la reciente entrada en escena de plataformas como Google y Facebook hace que"sus procedimientos de selección sean menos conocidos por el público". Evidentemente… ya no son como antes.
Escepticismo
Una de las dificultades asociadas a la horizontalidad para producir contenidos en las redes sociales es poder identificar las "noticias falsas".
Boczkowski apunta que, sumado a los "empeños deliberados en distorsionar o desinformar", los errores no intencionales que ya sabe detectar el público usuario de los medios han reforzado "una postura escéptica entre las audiencias sobre la presunta veracidad de las noticias".
A manera de reflexión agrega que "las noticias falsas han existido durante tanto tiempo como las verdaderas".
Citando a Robert Ezra Park, el fundador de la Escuela de Sociología de Chicago, que también ejerció el periodismo, el académico recuerda que él "comprendió que las noticias falsas son un elemento intrínseco de cualquier ecología de la información".
Trump y la mentira
Para el especialista, uno de los eventos más importantes del periodismo, a propósito de la elección de Donald Trump, fue la proliferación de noticias falsas en las redes.
También es un hecho "sin precedentes" históricos la existencia de una infraestructura de información a gran escala.
"Facebook, por ejemplo, llega cada día a más de mil millones de usuarios", señala Boczkowski. Eso permite "oír voces antes silenciadas (…) en todo el mundo".
Pero esa inmensa plataforma horizontal ha hecho posible "que una noticia falsa sobre el papa Francisco respaldando la candidatura de Donald Trump fuera compartida miles de veces".
Antes de las redes
Para Clodovaldo Hernández, periodista y escritor venezolano, los medios tradicionales ya estaban en tela de juicio incluso sin contar con las tecnologías actuales.
Entrevistado por RT, indicó que, "desde antes de la aparición de las redes sociales, los medios de comunicación habían causado graves daños a la credibilidad de la propia plataforma tradicional (…) Se difundieron grandes mentiras, por ejemplo, para llevar a cabo guerras e invasiones, respaldadas por grandes medios de comunicación".
Hernández señala que esa falta de credibilidad se acentuó con la irrupción de las redes sociales, "la saturación de informaciones en el llamado 'tiempo real', porque en ese espacio puede publicarse cualquier cosa y eso hace más difícil poder discernir".
Creer o no
Si las personas desconfían tanto de los medios, ¿en quién creen? Pablo Boczkowski revela en su artículo parte de una "investigación en curso sobre el consumo de noticias".
Los usuarios de las redes atribuyen "un mayor nivel de credibilidad" cuando la noticia es compartida por uno de sus contactos que cuando proviene del propio medio de comunicación.
"Cuando se les pregunta acerca de esta diferencia, los entrevistados dicen que a menudo no confían en los medios de comunicación ya que son inherentemente tendenciosos y, al contrario, su postura hacia sus contactos está basada, por defecto, en la confianza".
Es fácil mentir
Pedro Lanteri es un experimentado periodista argentino, exdirector de la AM 530, la radio de las Madres de Plaza de Mayo. En su opinión muchos medios se valen de las redes para mentir.
"Cuando los medios tradicionales necesitan difundir una noticia falsa primero acuden a las redes, allí generan la noticia falsa, luego la levantan (redactan) a través de una agencia (que toma como fuente un mensaje de Twitter) y después la reproducen como propia".
Aseguró a RT que muchas veces "las redes generan el clima de credibilidad de una noticia falsa".
Pero bien utilizadas, puntualiza Lanteri, las redes pueden usarse para desenmascarar la falsedad de una noticia, "todo depende de cómo los usuarios nos apropiamos de las redes".
Ernesto J. Navarro