El presidente actual de EE.UU., Barack Obama, ha firmado una ley sobre el presupuesto militar del país que, entre otras atribuciones, permite imponer sanciones contra cualquier extranjero que, según Washington, esté involucrado en la corrupción o relacionado con violaciones de derechos humanos.
¿Qué dice la ley?
Según la cláusula 1.264 del documento, el presidente estadounidense puede imponer sanciones contra cualquier extranjero que sea responsable de "ejecuciones extrajudiciales, torturas y otras violaciones masivas de derechos humanos reconocidas a nivel internacional en cualquier país". También tiene efectos sobre la corrupción, la malversación de fondos y otros crímenes. Las sanciones incluyen la congelación de los activos que puedan tener bajo la jurisdicción estadounidense y la prohibición de visados para viajar a EE.UU.
La ley firmada por Obama será vigente durante los próximos seis años, pero las sanciones impuestas a través de esa legislación no tienen límite de tiempo y pueden ser levantadas únicamente por decisión del mandatario. La nueva ley amplía la llamada Ley Magnitski, aprobada por el Congreso de EE.UU. y firmada por el presidente estadounidense, Barack Obama, en 2012. La ley implica restricciones financieras y de entrada contra 18 funcionarios rusos que, según EE.UU., son responsables de la muerte de Serguéi Magnitski, asesor del fondo inversor británico Hermitage Capital en 2009 en una cárcel rusa.
"Obama trata de complicarle la vida a Trump"
La ley tiene un carácter jurídico muy vago, ya que en realidad permite que se puedan imponer sanciones contra ciertas personas sin juicio o sin discusión en el Congreso, apunta el politólogo Dmitri Drobnitski. "En realidad el poder ejecutivo de EE.UU. ha recibido otro instrumento de presión internacional que está fuera del control de las otras ramas de poder. Las sanciones pueden ser impuestas con un trazo de un bolígrafo del presidente de EE.UU., a su discreción", ha comentado, añadiendo que el documento "no corresponde" ni a las normas del Derecho estadounidense ni del internacional.
Drobnitski está convencido de que la ley no fue promulgada tanto en interés de EE.UU. como del presidente que abandonará la Casa Banca dentro de un mes. "Obama tiene prisa por consolidar su legado", ha afirmado el analista político, agregando que, después del triunfo de Trump, todo lo que los demócratas han hecho durante años podría quedar sin efecto muy pronto. "Se puede entender a Obama, trata de complicarle la vida al futuro inquilino de la Casa Blanca", ha concluido el experto.
"Esperamos que Trump se guíe por el sentido común"
La decisión del presidente Obama de ampliar la llamada Ley Magnitski a todo el mundo podría "llevar a EE.UU. a un callejón sin salida" en sus relaciones con otros países, según ha señalado el legislador y miembro del Comité sobre Asuntos Exteriores de la Cámara Baja del Parlamento ruso Serguéi Zhelezniak.
Según el diputado, Washington quiere dejar una marca en la historia pero es evidente que a Obama y su equipo les recordarán no solo los estadounidenses, sino también en todo el mundo, como una Administración no muy exitosa. "Cabe esperar que el nuevo presidente [Donald Trump] se guíe por el sentido común en su política exterior y doméstica, estableciendo como prioridad la resolución de los problemas internos de EE.UU. y los intereses reales de los estadounidenses y desarrollando relaciones constructivas con otros países", ha aseverado.