Un cordón de seguridad ya está apostado en los alrededores de la Asamblea Nacional (AN) en el centro de Caracas. Este jueves habrá cambio de directiva, ¿o no?
El quinto día de enero, año tras año, se designan presidente, vicepresidentes y secretario general del Parlamento en un acto protocolar que este jueves podría verse truncado por el legado de la directiva anterior: una Asamblea Nacional en desacato a las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), por decisión de la mayoría opositora.
El diputado chavista Earle Herrera confirmó que, pese al desacato, la bancada socialista asistirá a la sesión del Parlamento pero no avalará la designación de las nuevas autoridades. Según el diario 2001, el opositor Henry Ramos Allup traspasará la presidencia de la AN a Julio Borges.
"Como es constitucional que se instale el 5 de enero, nosotros estaremos allí (…) Iremos, así como hemos ido a todas las sesiones, aún en las condiciones de desacato que tiene el Parlamento. Los que están al margen de la legalidad son ellos, no nosotros. Si ellos eligen una directiva, esa juramentación sería ilegítima", declaró Herrera, citado por El Nacional.
Por su parte, la bancada opositora insiste en realizar la sesión para designar a las nuevas autoridades, conformadas por representantes de los partidos de la derecha: Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Voluntad Popular (VP). "Nada ni nadie impedirá la instalación del próximo período legislativo", sostuvo este miércoles la diputada Larissa González.
Pero hay un tercer factor que podría impedir la juramentación de la nueva directiva: la clase obrera. Este miércoles, en la sede administrativa de la Asamblea, el secretario general del Sindicato de Trabajadores del Poder Legislativo, Carlos Arévalo, denunció el incumplimiento de los compromisos laborales con más de tres mil empleados.
¿Y el diálogo?
Las tensiones han vuelto al seno de Parlamento desde que Ramos Allup decididera romper los acuerdos firmados por la oposición en la mesa de diálogo con el gobierno. La postura del presidente saliente de la AN fue respaldada tácitamente por el secretario de la alianza de derecha, Jesús Torrealba, quien aseguró que no volvería a las negociaciones.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro, no obstante, no ha desistido en el llamado a diálogo y, el último día del año pasado, otorgó varios indultos que, según los beneficiados por la medida, fueron producto de los acuerdos alcanzados entre el Ejecutivo y un sector de la oposición.
El futuro de las negociaciones, que se retomarían el 13 de enero, aún es incierto. Las recientes declaraciones de voceros como el diputado de derecha Juan Pablo Guanipa enturbian aún más el panorama.
Según el parlamentario, la nueva directiva opositora "llamará a la rebelión civil en la calle" en contra del gobierno del presidente Maduro. Todo ocurre mientras continúa la crisis interna de la derecha, que anunció la reestructuración de su funcionamiento ante los desaciertos de su gestión en 2016.
"El pueblo estuvo por encima de sus dirigentes: hubo altísimas expectativas, muchas de ellas alimentadas por la oposición, que no fueron satisfechas", admitió hace dos días el secretario general de la alianza de partidos que adversan al chavismo.
¿Nuevas elecciones?
La tarde de este miércoles, en cadena nacional, el presidente Maduro consideró que con los pasos anunciados por la derecha en el Parlamento, la Asamblea va rumbo "a su disolución" y la convocatoria de nuevos comicios.
"Solo sé que hay una estructura legal del país que hay que respetar. La mesa de diálogo que convoqué logró un documento firmado por los voceros de la MUD donde se comprometieron a obedecer y a acatar los dictámenes del TSJ y a salir de la ilegalidad en la que han caído todo el año 2016", agregó el mandatario, citado por el portal Summarium.
Entretando, gobiernos como los de Colombia y México hicieron un llamado a reanudar las conversaciones en la tercera sesión de diálogo, al tiempo que celebraron los avances alcanzados en la mesa de negociaciones.
Nazareth Balbás