Amor sin fronteras: el romance entre una refugiada kurda y un policía fronterizo macedonio

"Tenía un sueño simple: vivir en Alemania con mi familia. No imaginaba que aquí me esperaba una sorpresa así", cuenta Noora Arkavazi, una refugiada iraquí.

Su historia ha sido ampliamente reseñada por la prensa internacional porque, en medio del drama de los refugiados, surge una noticia amable: el amor que surgió entre ella y Bobi Dodevski, un policía que custodiaba un puesto fronterizo en Macedonia.

Arkavazi, que había salido en enero de 2016 de su casa en Diyala (Irak), para huir luego del secuestro de su padre por parte del Estado Islámico. Llegó hasta Macedonia después de atravesar la peligrosa ruta marítima desde Turquía hasta Lesbos, con la esperanza de terminar su trayecto en Alemania.

La refugiada musulmana contó que justo cuando se disponía a cruzar a Serbia, se encontró con Bobi, quien estaba a cargo del puesto fronterizo. Ella tenía una intensa fiebre y el policía se encardó de dotarle de mantas y cuidados médicos a la joven y a su madre.

"Cuando la vi por primera vez, vi la bondad en sus ojos", dijo Dodevski. La familia de Noora quería continuar su travesía pero tuvieron que esperar en un campo de inmigrantes en un campamento, luego que se cerrara el paso fronterizo por Macedonia y dejara en el limbo a 60.000 refugiados, refiere Clarín.

En esos días de espera, Noora y Bobi aprovecharon para compartir y conocerse hasta que, una tarde, él la invitó a almorzar y le propuso matrimonio. La joven dudó de la propuesta pero luego aceptó, y a mediados del año pasado contrajeron nupcias en una gran fiesta con 120 invitados.

Actualmente viven en Kumanovo, al norte de Macedonia. Ella está embarazada y dice sentirse como en casa aunque el resto de sus familiares, que al principio se opusieron a la unión, continuaron su ruta hasta Alemania.