El uso indiscriminado de bombas atómicas podría someter a la Tierra al fenómeno conocido como 'invierno nuclear', con graves consecuencias para la vida diaria y para el planeta. Por eso, un grupo de científicos medioambientales y atmosféricos de EE.UU. elaboró un modelo que muestra qué ocurriría tras una "guerra nuclear regional".
Para eso, eligieron como escenario el subcontinente indio y como contendientes, a India y a Pakistán. La elección, publicó el sitio Popular Science, es caprichosa, pero responde a que los arsenales nucleares de esos países son inferiores a los de Rusia, EE.UU. y China. Por lo tanto, tras imaginar el uso de 100 ojivas del tamaño de la bomba lanzada en la ciudad japonesa de Hiroshima, en el epílogo de la Segunda Guerra Mundial, los especialistas llegaron a algunas conclusiones:
1) Carbón negro: se liberarían cinco megatones de este material capaz de absorber el calor del sol antes de que llegue a la Tierra. Incluso, parte de él podría volver al planeta a través de las lluvias.
2) Enfriamiento: en solo un año la temperatura de la superficie terrestre descendería unos 2 grados Fahrenheit; después de 5 años, la caída llegaría, en promedio, a los tres grados. Habría que esperar 20 años para que la temperatura se recupere y se ubique cerca de un grado por debajo de la que había previo a la guerra nuclear.
3) Menos lluvias: de la mano del enfriamiento llegaría una reducción de las precipitaciones, con un pico de 9% menos a los cinco años de la guerra, cifra que se reduciría a la mitad a los 26 años.
4) Heladas: la previsión de los especialistas también detalla que entre los 2 y los 6 años, las temporadas libres de heladas que permiten el cultivo disminuirían entre 10 y 40 días.
5) Capa de ozono: su reducción sería de entre 20% y 25% debido a las reacciones químicas que experimentaría la atmósfera. Debería esperarse 10 años para que se recupere y solo sea 8% más delgada que en la actualidad. Como consecuencia de la pérdida de la protección contra los rayos ultravioletas habría un aumento de las quemaduras y del cáncer de piel, sumado a la reducción del crecimiento de las plantas y cambios en el ADN de algunos cultivos como el maíz.
El portal también recordó que en 2013 la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear elaboró otro estudio que también consideró el uso de 100 bombas atómicas y aseguró que, como consecuencia, unos 2.000 millones de personas morirían de hambre.
Estas conclusiones podrían ser suficientes para que los científicos logren su propósito de incentivar a los países a destruir sus arsenales militares, que incluyen unas 17.000 armas.