No es filantropía, insiste Marcos Coronell cuando habla de los proyectos de Pico, el colectivo de arquitectos recientemente laureado con el Curry Stone Design Prize.
Pico es el acrónimo de Proyectos de Interés Social. Su trabajo, se explica en el perfil elaborado por los organizadores del premio, está enfocado en la intervención de espacios en las comunidades junto a los propios vecinos para promover su transformación y convertirlos en lugares de esparcimiento, producción o creación.
"Nosotros fundamos el colectivo en 2011. Hemos hecho proyectos en contextos emergentes, es decir, barrios, asentamientos o entornos populares", explica Coronel en entrevista a RT. Es allí, en las laderas, montañas y cimas escalera arriba, en los márgenes de la ciudad ajenos a toda planificación urbanística, donde se ve la huella de Pico.
Ejemplos hay varios. En la "Y" de 5 de Julio, una de las zonas neurálgicas del emblemático barrio Petare, diseñaron y construyeron un inusual complejo cultural y deportivo que hoy cuenta con una cancha, un estudio de grabación, áreas de usos múltiples y un centro de conexión a internet para los habitantes de la comunidad.
"Ese proyecto se hizo en cuatro semanas. Todo el diseño se formuló con los chamos (muchachos), que tenían como principal demanda sustituir un tablero de básquetbol y construir una cancha". Antes, en ese mismo espacio funcionaba un salón de juegos que acogía con gusto el tráfico de drogas, alcohol y armas. No es filantropía, insiste Coronel, es empoderamiento popular.
¿De qué va el premio?
"Ellos nos escogieron -cuenta uno de los fundadores de Pico- y nos mandaron un correo el año pasado, en noviembre. No hubo postulación". El Curry Stone Design Prize dio a conocer en enero las primeras seis oficinas que entrarán su Círculo de Diseño Social.
El premio es un reconocimiento a la influencia del diseño "como una fuerza para mejorar la calidad de vida y fortalecer a las comunidades", refiere el portal Plataforma Arquitectura. La organización cumple diez años y por eso galardonará a 100 oficinas durante los 12 meses del 2017.
Según la información disponible en la web, el número de ganadores varía cada año y son seleccionados por un equipo de 200 líderes de diseño contemporáneo a escala mundial. El jurado está integrado por miembros de la Curry Stone Foundation y expertos internacionales que no evalúan ninguna propuesta que no haya sido solicitada previamente.
¿Por qué lo social?
"Nosotros creemos que la arquitectura no es un fin en sí mismo sino más bien un soporte que es capaz de propiciar otras dinámicas en el territorio. Para nosotros es indispensable insertarla en el concepto de lo social; una arquitectura que no sea social es mercancía, y más que un servicio, se convierte en una actividad de lucro", responde Coronel cuando le preguntan por qué Pico apuesta a esta clase de proyectos.
Su segundo argumento, aunque no de menor valía, es: "creemos en el proyecto de transformar nuestra realidad socialmente. Ahí es donde toma más sentido. No se trata de asistencialismo, ni metodologismo, ni de filantropía, como se hacía en los años 70. No es que vamos a los barrios a planificar las transformaciones, sino que entendemos que el arquitecto tiene unas herramientas que son importantes, pero que por sí solas no hacen nada, que tienen que integrarse a las comunidades, sus conocimientos, sus realidades".
La filosofía del colectivo, además, es que la arquitectura apenas inicia en lo que el edificio se culmina: "allí es cuando ocurre la efervescencia, cuando se ve la dinámica, cuando arrancan las actividades. Si el edificio no tiene esa sangre, no funciona".
Cada jueves del año, la organización lanzará un podcast llamado Social Design Insights para conversar con los ganadores, que será dirigido por el director del premio Emiliano Gandolfi y el creador del galardón, el arquitecto y experto en desastres, Eric Cesal.
Nazareth Balbás