En noviembre de 2008, el primer presidente afrodescendiente de la historia de EE.UU. llegaba al Despacho Oval cargado de ilusión y de buenas intenciones.
Ocho años después, y a pesar de sus indudables logros –como sacar al país de la recesión o avanzar en las relaciones con Cuba e Irán– muchas de las promesas del mandatario saliente han quedado incumplidas. Estas son algunas de ellas.