Un país que depende del turismo quiere recibir menos turistas
Tommy Remengesau, presidente de Palaos -una pequeña nación de 20.000 habitantes ubicada en Micronesia- anunció que impulsará un proyecto de ley para permitir que sólo se construyan hoteles de 5 estrellas. El objetivo es que menos turistas arriben al país, pero que al mismo tiempo gasten más dinero.
Cabe destacar que la economía de Palaos depende en más de un 80% del turismo. Entonces ¿por qué reducirlo?
Invasión turística
Entre 2015 y 2016, la cantidad de visitantes que llegaron a Palaos creció exponencialmente. La mayoría de ellos provienen de China, donde se promocionan paquetes turísticos para visitar las paradisíacas playas repartidas en sus 9 islas habitadas (de las 340 que conforman el territorio palauano).
De acuerdo al diario 'Marianas Variety', solo en 2015 llegaron 160.000 turistas, es decir, siete veces más la población total del país. "¿Queremos controlar el crecimiento o que el crecimiento nos controle?", preguntó Remengesau al mismo periódico. Y añadió: "Sería irresponsable de mi parte, como líder, dejar que esta tendencia continúe. No sólo estoy mirando el presente, sino que cuido el mañana".
Este crecimiento abrupto de visitantes ha afectado a la población local y puesto en riesgo distintos entornos naturales. Entre ellos, a las 'Rocks Islands', protegidas por la UNESCO, el lago Jellyfish y distintos arrecifes de coral.
Turismo de calidad
La apuesta con esta nueva legislación impulsada por el presidente no es a perder dinero, sino a reconvertir Palaos en un destino de alto nivel. "No nos concentramos tanto en los números de llegada, sino que obtenemos menos turistas que gastan más, lo que equivale a más dólares de impuestos", declaró el mandatario en la entrevista antes mencionada. "Vamos a por la calidad en lugar de la cantidad", sostuvo.
Por otra parte, en declaraciones a Radio Nueva Zelanda, el jefe de Estado paulauano detalló algunas otras ventajas de este proyecto de ley. "Si hay nuevas infraestructuras que construir, como abrir carreteras, los inversionistas tendrán que hacerlo por su cuenta", apuntó.
Esto también incluye alcantarillas, parques, etc. "A cambio les daríamos los incentivos y exenciones fiscales necesarias", detalló Remengesau y afirmó que se trata de "una situación de ganar-ganar para Palaos y el inversionista".
La geopolítica de Palaos
Este micro-Estado de Oceanía tiene una particular historia. Antes de su independencia en 1981, fue ocupado por españoles, alemanes, japoneses y estadounidenses. Washington quedó a cargo de la administración de las islas luego de la Segunda Guerra Mundial bajo la tutela de la ONU.
Sin embargo, en 1981 declaró su independencia y redactó una primera Constitución. Los EE.UU. presionaron para la aprobación de un Tratado de Libre Asociación (TLA) que permitía al país norteamericano mantener el control de la defensa y la seguridad exterior de la naciente república. Pero el primer presidente de Palau, Haruo Remeliik, se opuso a alguna de las disposiciones de este tratado, como la posibilidad de que barcos estadounidenses con armas nucleares atracaran en sus puertos y que se realizaran maniobras militares en su territorio. Remeliik fue asesinado en 1985 en un dudoso crimen que no fue esclarecido.
Finalmente, en 1993 se aprobó el TLA y desde entonces Washington controla la política exterior palauana. En 1994, Palaos fue aceptado como miembro de la ONU y, entre otros logros diplomáticos, cuenta con haber sido parte de la coalición internacional que invadió Irak en 2003 o haber recibido 17 presos de Guantánamo a cambio de 200 millones de dólares estadounidenses.