En los últimos días de su Gobierno el presidente saliente de EE.UU., Barack Obama, ha permitido que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuyas prácticas de espionaje masivo sacó a la luz el excontratista de la Inteligencia Edward Snowden, comparta la información de Inteligencia que recolecta a nivel global, incluidas comunicaciones personales, con otras 16 entidades de Inteligencia de este país.
Hasta ahora la NSA solo proveía a otras agencias de datos de Inteligencia filtrados y censurados, borrando la información personal de personas no sospechosas o los datos que consideraba no relevantes, protegiendo de esta forma la privacidad de los 'espiados'. Ahora todas las entidades de Inteligencia tendrán acceso a los 'datos brutos' de transmisiones por satélite, llamadas telefónicas y correos electrónicos desde y al extranjero, así como mensajes entre personas en el extranjero que cruzan las redes domésticas, explica 'The New York Times'.
De esta forma el Gobierno de EE.UU. busca reducir el riesgo de que la NSA no reconozca alguna información posiblemente útil para otras agencias, si bien aumenta el riesgo de que los agentes obtengan acceso a la información privada sobre gente inocente, explica el diario. A partir de ahora todas las agencias de Inteligencia podrán registrar a los depositarios de las comunicaciones interceptadas por la NSA y editarlos después aplicando las reglas sobre protección de privacidad.