El escenario del juego entre EE.UU., China y Rusia se está trasladando a Asia Central, sostiene el analista geopolítico Pepe Escobar. En un artículo de opinión que ha publicado el renombrado periódico 'Asia Times' asegura que dicha región es un "teatro privilegiado", donde se podrá observar "en acción la asociación estratégica entre Rusia y China o una divergencia en su trabajo".
La influencia china sobre los países del sufijo '-stán' proviene de su inversión incesante dentro del programa 'Un cinturón, una ruta' ('One Belt, One Road' en inglés), asociado con las nuevas Rutas de la Seda, explica el analista. Mientras tanto, Rusia se centra en la cooperación política y en materia de seguridad.
Escobar espera que los políticos estadounidenses apliquen esfuerzos para que los gigantes del continente Euroasiático se enfrenten allí e impedir que se conviertan en socios estratégicos.
Objetivo: desavenir a los gigantes
El exsecretario de Estado Henry Kissinger "privilegia a Rusia", destaca el autor. Por su parte, el autor de 'El gran tablero mundial' Zbigniew Brzezinski simpatiza con China, "pintándola como una amenaza para Rusia".
Al mismo tiempo, la doctrina predominante en Rusia, de orientación euroasiática "en una oposición frontal con el atlantismo", busca una igualdad geopolítica entre Estados Unidos, China y Rusia. Los rusos no perciben a China como una amenaza por mucho que lo quieran los titiriteros de EE.UU.", recalca Escobar.
El analista aborda el plan de Kissinger de levantar las sanciones a Moscú y reconocer oficialmente a Crimea como parte de la Federación Rusa. A su juicio, ese plan cabe dentro de la conocida estrategia general de equilibrio de poder, un enfoque que contempla sacar a Rusia del "frente euroasiático", integrado también por China e Irán. Para conseguir ese equilibrio deseado, EE.UU. podría conspirar contra la Organización de Cooperación de Shanghái, que une a Moscú, Pekín y los países 'stán'.
Políticas de sombras
Para matizar su visión de la futura política de la Administración de EE.UU. el columnista Escobar acude a la dicotomía clave de los ritos de Bali (una isla de Indonesia): los términos de 'sekala' y 'niskala'. El "nuevo gran juego" en Eurasia será un "juego de sombras", donde toda la divergencia de intereses se encuentra en el área de lo tangible ('sekala'), mientras que la acción real se va a desarrollar "en el reino del 'niskala', o sea en las sombras invisibles de gris".
En un momento crítico de elección entre las posibles jugadas ha entrado en el juego el fundador del gigante del comercio en Internet Alibaba, Jack Ma, quien ha visitado recientemente al presidente electo de Estados Unidos en la Torre Trump de Nueva York para ofrecerle un millón de empleos para ciudadanos estadounidenses.
Escobar supone que la misión de un "alto embajador del negocio" fue encargada a Ma por el presidente chino, Xi Jinping: "¿Quién podría desempeñar mejor este papel?". Y también pronostica: Donald Trump "hará el negocio y los apretones" con China al tiempo que su gabinete mantendrá una retórica antichina.