Un físico ha descubierto que en la Antigua Roma algunos aurigas, los conductores de los carros de carreras, usaban un aro especial para fortalecer sus vehículos, según un artículo publicado en 'Journal of Roman Archaeology'.
El autor del hallazgo es Bela Sandor, de la Universidad de Wisconsin, que investigó un antiguo juguete que representa un carro de carreras. El juguete, hecho de bronce, se remonta a lossiglos I-II de nuestra era y actualmente está en el Museo Británico.
El académico observó que la rueda derecha está equipada con un aro adicional. Según los cálculos con un modelo tridimensional generado por un ordenador, este detalle secreto aumentaría en un 80% las oportunidades de ganar del piloto que utilizara este ardid.
Las carreras se celebraban en una arena oval en sentido contrario a las agujas del reloj, por lo que los aurigas a menudo tenían que realizar giros bruscos a la izquierda. Como consecuencia, aumentaba la presión a la rueda derecha, de manera que un aro adicional la hacía más sólida y duradera. La rueda izquierda carecía de esta pieza, puesto que reduciría la velocidad del vehículo.
"Las ruedas básicas se hacían de madera, cola animal y cintas de cuero" que reforzaban las distintas partes, ha explicado Sandor. Según el científico, la incorporación de cualquier elemento de hierro habría provocado que el carro fuera más estable.