Este viernes tiene lugar la investidura de Donald Trump y el presidente de Estados Unidos llega acompañado por su esposa Melania quien, aunque trató de mantenerse al margen de la campaña electoral, acaparó suficiente atención. El portal Meduza repasa algunos de los aspectos que se conocen acerca de esta antigua modelo nacida en Eslovenia cuya vida recuerda a la de Cenicienta.
¿Está preparada?
La escritora Kati Marton considera que Melania Trump es la primera dama menos preparada de toda la historia de EE.UU. Será la primera en 200 años que no nació en tierras norteamericanas y la única cuya lengua natal no es el inglés, aunque habla ese idioma con soltura.
¿Cuál es su relación con la política?
La propia Melania declaró: "He decidido no meterme en política. Ese es el trabajo de mi marido". Por su parte, el analista Frank Luntz estima que ese ámbito "no es su lenguaje nativo, el segundo, el tercero ni el quinto".
¿Es feminista?
Lo poco que se sabe al respecto indica lo contrario. En su momento, Melania manifestó que no exige nada a su marido para no ser "una esposa malhumorada y caprichosa". Por su parte, el promio magnate reconoció que nunca ha cambiado un pañal ni ha paseado a sus hijos por el parque, pues de eso solo se encarga su mujer.
¿Mantendrá su glamur?
Meduza indica que los medios han creado una imagen glamurosa de Melania Trump, "tal vez incluso demasiado": una de las primeras decisiones que tomó como primera dama fue crear una habitación para maquillaje y peinados en la Casa Blanca. Sin embargo, varios diseñadores de moda rechazaron proporcionarle sus servicios debido a la política "sexista, racista y xenófoba" de su marido.
¿Ama a su marido?
Aunque Melania no siempre está de acuerdo con su marido, nunca le critica en público y muestra con claridad qué relación mantienen. Por ejemplo, cuando le preguntaron si le agradaba su peinado de su esposo, respondió con seriedad: "Lo amo tal como es".
¿Cómo le afectan las críticas?
El portal Meduza recuerda que Melania posee sus propios negocios de cosmética y joyería y, durante mucho tiempo, se negó a salir con Donald Trump debido a su reputación de mujeriego.
Sus amigos más íntimos la definen como "una esposa simpática, una buena madre y una persona maravillosa" y, a pesar de todas las críticas que recibe, la próxima primera dama manifiesta que se ha vuelto insensible a los ataques de los demás con los años.