Un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha dado a entender que Pekín podría recoger la antorcha del liderazgo global si ninguna de las otras potencias se decide a hacerlo.
Estas declaraciones hacen referencia al hipotético caso de que los Estados Unidos liderados por Donald Trump decidieran abandonar sus tradicionales políticas internacionalistas para centrarse en asuntos domésticos.
"Si alguien dijera que China está desempeñando un papel de liderazgo en el mundo, yo contestaría que esto no sucede porque nuestro país luche por el primer puesto, sino más bien porque los principales candidatos han dado un paso atrás, dejando ese lugar a China", dijo este lunes Zhang Jun, director general del Departamento de Economía Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, informa la agencia Reuters.
El funcionario agregó que, de producirse ese escenario, China no rechazaría la oportunidad de dirigir el mundo si fuera necesario y sirviera para el bien común.
Zhang hizo estos comentarios tras el discurso del presidente de China, Xi Jinping, en el Foro Económico Mundial de Davos la semana pasada. En su intervención, Xi defendió los beneficios de la globalización y advirtió sobre los peligros del aislamiento a los que Washington se podría enfrentar si el presidente estadounidense, Donald Trump, decidiera materializar su política de 'Estados Unidos primero' declarada en su discurso de investidura.
Ese día, Trump prometió a sus ciudadanos que Washington no sacrificaría las necesidades de los estadounidenses de a pie por el bien de las naciones extranjeras.
En respuesta a estas declaraciones, el presidente chino comparó las políticas proteccionistas prometidas por el mandatario estadounidense con "encerrarse a sí mismo en un cuarto oscuro" sin luz y sin aire.
Xi también declaró que China no usaría la devaluación de la moneda como herramienta para obtener ventajas competitivas sobre otros países, respondiendo así a las numerosas acusaciones de Donald Trump de competencia desleal.
Las tensiones entre EE.UU. y China han ido en aumento después de que Trump se convirtiera en el primer presidente de Estados Unidos, desde 1979, en contactar directamente con un líder taiwanés, tras mantener una conversación telefónica con la presidenta Tsai Ing-wen después de su victoria en las elecciones norteamericanas.
Aunque Trump insistió en que la conversación que habían mantenido no tuvo ningún significado político, el hecho provocó un escándalo diplomático que no parece mostrar signos de amainar.