Andre Vltchek, filósofo, cineasta y periodista de investigación norteamericano cree que, a diferencia del predecible Obama, la presidencia de Donald Trump sume a Japón en una incertidumbre completa ante unos cambios indeseados.
Según el autor, para el país asiático, "lo que está por llegar es algo que no ha experimentado nunca y por lo tanto le da miedo". "El primer ministro conservador del país, Shinzo Abe, no quiere ninguna novedad 'peligrosa' o desviaciones. A su juicio, las cosas estaban bien como estaban. No, perfectas, pero bien", continúa.
"El último samurai de libre comercio"
Sin embargo, las cosas están empezando a cambiar con el cambio de gobierno en Washington, y de forma muy rápida. Trump ha dicho 'adiós' al acuerdo de libre comercio TPP (el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) que tanto necesita Japón para conservar su posición prominente en la región, combatir la influencia económica china y, en última instancia, utilizarlo como una excusa para asentar sus políticas neoliberales, cada vez más impopulares entre los japoneses, explica Vltchek.
Estas razones llevaron al país del sol naciente a ratificar este acuerdo a finales del año pasado, lo que llevó a la revista 'Foreign Policy' a bautizar a Abe como "el último samurai de libre comercio". Tras el fracaso del TPP, "el Gobierno y las grandes empresas japonesas están temblando de terror día y noche", señala el experto.
Dependencia de EE.UU.
Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, Japón ha dependido completamente de Estados Unidos. Según el autor, el país "cosechó enormes beneficios a cambio de traicionar a Asia", refiriéndose a que los sucesivos gobiernos nipones hicieron la vista gorda ante las políticas imperialistas de Occidente en la región.
Pero la llegada de Trump ha cambiado totalmente la situación: "el Gobierno de Abe está actuando por inercia, haciendo lo que esperaban de él las administraciones estadounidenses anteriores, pero no necesariamente la próxima". Vltchek se refiere a que las promesas de Trump de poner fin al intervencionismo norteamericano, que pueden hacer perder importancia estratégica a Japón, que trabaja desde hace años en el Sudeste Asiático para combatir la influencia creciente de China y Rusia.
"La resistencia contra el imperialismo occidental"
En los últimos tiempos, Occidente está perdiendo su una vez monolítco control sobre el Sudeste Asiático, señala el periodista. Los nuevos dirigentes Filipinas y Vietnam están "alejando a sus países de Washington en favor de un mayor acercamiento a China. Incluso Tailandia, su aliado más fiable durante la Guerra Fría, está descubriendo las muchas ventajas que tiene una relación más fuerte con Pekín", explica.
¿Valió la pena?
Japón tuvo grandes beneficios gracias a su colaboración con el 'imperialismo occidental'. Su nivel de vida era mucho más que en el resto de Asia. Pero ahora países como Corea del Sur han empezado a superar a su vecino insular. Por eso, según el periodista, muchos japoneses se hacen la siguiente pregunta: "¿Valía la pena colaborar tan desvergonzadamente con Occidente y durante tanto tiempo?".
Vltchek subraya que este tipo de sentimientos tienen su raíz en la frustración de la derrota de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de las atrocidades cometidas por Japón durante la guerra, el país se siente como una víctima por los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki por EE.UU. y la anexión de varios de sus territorios norteños por la URSS.
Aunque el cambio de la situación no juega a favor de Japón, puede ser que el país continúe con su política actual hasta su fracaso completo. "Todo esto empieza a parecerse a una película kitsch de artes marciales o a una serie desesperada de pasos irracionales de un jugador de apuestas antes de su derrota total", compara el periodista.