Polonia y Lituania se han negado a que Estados Unidos instale prisiones clandestinas en su territorio si el presidente norteamericano, Donald Trump, reanuda el programa de la CIA para detener e interrogar a sospechosos por terrorismo en el extranjero.
La primera ministra polaca, Beata Szydlo, ha declarado que "no hay propuestas al respecto" y que el asunto está fuera de discusión. En concreto, cuando unos periodistas le han preguntado si Varsovia permitiría esas instalaciones, la política ha confirmado que "mi respuesta es no", informa Reuters.
Por su parte, el ministro de Exteriores lituano, Linas Linkevicius, ha señalado que su país está dispuesto a cooperar con EE.UU. en todos los asuntos estratégicos siempre que se salvaguarden los derechos humanos porque "no se puede torturar a personas: no solo por motivos legales, sino también morales". El diplomático de Lituania ha subrayado que su postura personal y la de su país es que "ningún Estado civilizado tendría que emplear esos métodos".
A pesar de que algunos informes periodísticos indican que Polonia y Lituania sí aceptaron que la CIA estableciera prisiones secretas en su suelo durante la guerra antiterrorista que el expresidente de EE.UU., George W. Bush, comenzó tras los ataques del 11-S, estos dos países de la OTAN nunca han admitido los hechos de manera oficial.