¿Quién ganaría un duelo naval entre el crucero soviético Kírov y el destructor Zumwalt de EE.UU?
El columnista de la revista 'The National Interest', Kyle Mizokami, ha vuelto a proponer un singular e hipotético combate, esta vez entre el crucero soviético de misiles nucleares pesado Kirov y el moderno destructor Zumwalt de la Armada estadounidense.
En este hipotético escenario bélico, se parte del hecho de que ambos navíos desconocen donde se halla su contrincante y que se encuentran inesperadamente en alta mar a una distancia de unos 480 kilómetros. ¿Cuál de los dos saldría victorioso de este duelo?
En el rincón azul, el novel y furtivo Zumwalt estadounidense
A un lado se encuentra el Zumwalt, el mayor destructor furtivo diseñado por Estados Unidos. Con 185 metros de eslora y 14.000 toneladas de peso, es capaz de desplazarse a una velocidad de 55 km/h, provisto de varios misiles en sus silos y de dos torres de ametralladoras del calibre de 155 milímetros. Asimismo, cuenta con misiles de crucero de largo alcance 'Tomahawk' para defenderse de enemigos que le lancen ataques desde superficie.
En el rincón rojo, el veterano Kírov soviético
A otro lado del 'tablero' aparece el crucero nuclear de fabricación soviética Kírov, construido a finales de la década de los ochenta, provisto de 20 misiles antibuque P-700 Granit, y dotado de un sistema antimisiles tierra-aire S-300F y Tor 3K95 de corto, medio y largo alcance. El navío, de 24.000 toneladas de peso, se puede desplazar a una velocidad máxima de uno 59 km/h.
Empieza el combate
Según Mizokami, las características del Kírov resultarían bastante más efectivas en un combate en mar abierto. No obstante, si el Zumwalt se encuentra a más de 500 kilómetros de distancia -el radio de acción de los misiles Granit-, entonces el destructor estadounidense partiría con ventaja, ya que su sistema de camuflaje puede jugar una mala pasada a los radares del crucero soviético, que confundirían al Zumwalt con un pequeño barco pesquero.
Sin embargo, dicha ventaja no sería de gran ayuda ofensiva para el destructor norteamericano, ya que éste no cuenta con misiles antibuque de larga distancia, lo que le obligaría a acercarse al Kírov a una distancia de 130 kilómetros para disparar con efectividad sus armas. A ello se suma el hecho de que a esa distancia el crucero soviético ya podría haber avistado al Zumwalt y empezaría a maniobrar a la ofensiva.
Por otra parte, el Kírov tampoco lo tendría nada fácil para acertar sobre el navío estadounidense. El sistema de camuflaje del Zumwalt requeriría de una alta precisión por parte de los misiles antibuque Granit, que también tendrían que esquivar sus fuertes sistemas de contramedidas.
Una batalla de maniobras milimétricas
En este escenario, ni el novedoso destructor estadounidense, ni el veterano crucero ruso tendrían una clara ventaja el uno sobre el otro, resume la publicación. Sólo una serie de errores de cálculo o la mala suerte acabaría inclinando la balanza.