Cuesta de imaginar, pero mientras hacemos nuestra rutina diaria nos desplazamos a través del espacio a más de dos millones de kilómetros por hora. Eso se debe a que, de acuerdo con los astrónomos, nuestra galaxia, la Vía Láctea, se mueve a una velocidad inimaginable con respecto al resto del universo.
El impactante descubrimiento fue realizado hace 40 años. En aquel entonces, sabiendo que el movimiento de las galaxias está dominado por la atracción gravitatoria, los astrónomos creían que el responsable de este movimiento insólito era la atracción que ejercía sobre la Vía Láctea el supercúmulo de Shapley, la mayor concentración de galaxias del universo cercano. Pero ahora un equipo de científicos liderados por el profesor Yehuda Hoffman, de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel) ha identificado a otro culpable de este fenómeno.
Según el estudio, publicado en la revista 'Nature Astronomy', con ayuda del telescopio Hubble los investigadores han analizado la velocidad de 8.000 galaxias. Basándose en estos datos, fue creada una simulación en tres dimensiones que ha encontrado a 500 millones de años luz de nosotros una zona de baja densidad de estrellas y galaxias que con su atracción gravitatoria empuja a la Vía Láctea hacia el cúmulo de Shapley.
La suma de las dos fuerzas, por su parte, acelera a nuestra galaxia hasta 630 kilómetros por segundo o 2,3 millones de kilómetros por hora, explican los científicos.