Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil entre 2003 y 2010, dio el último adiós a su esposa Marisa Leticia en un multitudinario velorio este sábado. Entre lágrimas, el exmandatario pronunció un potente discurso contra las acusaciones de corrupción que le han perseguido durante el último año, y que habrían afectado también a su esposa.
"Marisa murió triste", manifestó Lula frente al féretro de su esposa, según reporta 'O Globo'. Murió afectada por "la canallada, la imbecilidad y la maldad que hicieron con ella", agregó el expresidente.
"Tengo 71 años y creo que voy a vivir mucho porque quiero que los criminales que levantaron ligerezas contra Marisa tengan la humildad para pedirle disculpas", dijo Lula. "Voy a seguir dando las gracias a Marisa hasta que ya no pueda más. Hasta el día en que muera".
La ex primera dama falleció este jueves a los 66 años a causa de un accidente cerebrovascular. Lula enfrenta varias acusaciones por corrupción, pero dijo que si alguien tiene miedo de ir preso "no es este hombre que está enterrando a su mujer hoy". El exmandatario prometió defender la honra de Marisa, con quien estuvo casado 43 años, antes de romper a llorar.