Frente a la costa de Playa Blanca, en la Isla de Lanzarote, en el fondo del mar, se encuentra el primer museo subacuático de Europa. Se trata del Museo Atlántico. Allí puede verse un impresionante y misterioso conjunto escultórico compuesto por 300 obras, agrupadas en 10 instalaciones temáticas diferentes. Para que esta curiosa exposición sea visitable por buceadores y buceadoras de todos los niveles y que, incluso, sea visible algunos días desde la superficie, las esculturas se sumergen a una profundidad no inferior a 12 metros, ni superior a los 15. El museo se ha podido visitar desde Marzo de 2016 en fase de pruebas, pero el proyecto no se ha presentado completo al público hasta el pasado mes de enero.
El artífice de las esculturas es un aclamado artista británico llamado Jason DeCaires Taylor. Especializado en la creación de esculturas subacuáticas, Taylor aprovecha su experiencia como conservador, fotógrafo submarino y buceador experto para crear instalaciones únicas que ya forman parte del entorno oceánico de diversas partes del mundo: el Museo Subacuático de Arte en la costa mexicana y la sobrecogedora escultura 'Ocean Atlas' en las Bahamas son dos de sus obras más notorias. Además, su impresionante instalación en las islas caribeñas de la Granada ha sido elegida como una de las 25 Maravillas del Mundo por National Geographic.
Para sus esculturas en Lanzarote sólo ha utilizado materiales respetuosos con el ecosistema marino, que no perjudican ni al fondo, ni a la flora ni a la fauna del medio circundante, y a la vez promueven y atraen la vida natural, convirtiendo las obras en nuevos arrecifes con diversas especies en su entorno.
Poesía submarina sobre el ser humano
Desde el punto de vista artístico, la propuesta de Taylor consiste en varios conjuntos de esculturas figurativas que recrean situaciones de la vida cotidiana o delirantes escenas oníricas, a través de personajes humanos altamente realistas. Observadas en un entorno nuevo, con la atmósfera de suspensión atemporal y el silencio que otorga el ambiente submarino, las instalaciones del artista británico parecen invitar a una reflexión pausada y excéptica -no exenta de cierta melancolía- sobre nuestra realidad o sobre nuestras fantasías.
Además, el efecto de la naturaleza sobre las obras de Taylor añade una dimensión poética muy particular. Con el paso del tiempo, las esculturas van desgastándose levemente, o cubriéndose de materia orgánica marina, integrándose con el entorno, perdiendo lentamente su identidad y pasando a formar parte del paisaje. Las interpretaciones poéticas de este proceso serán tan diversas como las miradas de los visitantes submarinistas que se acerquen a contemplar el museo.
"Es algo muy diferente y suele impresionar"
Hemos hablado con Anibal Vega, responsable de la oficina del Museo Atlántico de Lanzarote, y hemos constatado que, por el momento, tras unos meses en fase de pruebas y apenas tres semanas de funcionamiento oficial, la recepción por parte del público está siendo razonablemente buena: "Desde Marzo de 2016 hemos contabilizado un total de 4.200 vistantes, lo cual supone unos 500 o 600 al mes", nos confirma.
También hemos comentado con Anibal un aspecto muy interesante de este proyecto artístico, su dimensión ecológica: "Vamos a destinar un 2% de nuestros beneficios a proyectos dedicados a la conservación del medio marino. Además, el museo está muy vinculado con la naturaleza porque pretende crear un arrecife artificial, de tal manera que los organismos se puedan fijar a las esculturas y encuentren en ellas cobijo para alimentarse o para reproducirse", nos indica. También añade que están recibiendo "los primeros resultados de los estudios ambientales, y son muy positivos".
El museo hace un cuidado seguimiento de las impresiones de sus visitantes. Buscan un feedback a través de encuestas y de las redes sociales. "Si hay algo en lo que todos coinciden -nos comenta Anibal- es que es algo muy diferente. Es un museo muy característico y es único en Europa. Y suele causar mucha impresión, porque incluso sabiendo lo que vienes a ver, en el fondo nunca esperas encontrar un conjunto escultórico de este tipo cuando haces una inmersión".
El tipo de esculturas también define un tipo de experiencia estética muy potente y particular. Anibal nos explica que "como son esculturas de personas reales, transmiten eso...mucha realidad. Además se agrupan en 10 instalaciones con diferentes significados que juegan con la subjetividad de cada persona". Como curiosidad, hay que destacar, tal como nos cuenta nuestro interlocutor, que "todas las esculturas han sido realizadas a partir de moldes obtenidos de habitantes reales de la isla de Lanzarote".
David Romero