El papa Franciso asegura que los escándalos que salpican a la Iglesia católica no han acabado con la sensación de serenidad que siente desde que le eligieron en 2013, según manifestó durante una reunión con superiores de órdenes y congregaciones religiosas masculinas que tuvo lugar en Roma el pasado 25 de noviembre y publica la revista 'La Civiltá Cattolica'.
En ese encuentro, el Sumo Pontífice admitió que en Buenos Aires (Argentina) era una persona más ansiosa, pero desde que se trasladó al Vaticano experimentó "una sensación de paz profunda que no me ha abandonado desde entonces" porque hace caso a los italianos y mantiene "una actitud sana".
Además, Jorge Mario Bergoglio considera positivo que lo critiquen, debido a que "la vida también está compuesta de incomprensiones y tensiones y, si son críticas que hacen crecer, las acepto y respondo".
Abusos sexuales
Cuando abordó los abusos sexuales perpetrados o encubiertos por miembros de la Iglesia católica, Francisco indicó que alrededor de la mitad de los agresores también "fueron víctimas" y que, si hay sacerdotes o religiosos implicados, se trata de una enfermedad y un acto del diablo que arruina la obra de Jesús".
Como remedio, Bergoglio propone prestar más atención a la madurez emocional de los candidatos a entrar en la vida religiosa y no aceptar a las personas que fueron rechazadas por otro seminario sin escrutar de manera detallada las razones.
Modernización de la Iglesia
Respecto a los reclamos para que la Iglesia se modernice, el Padre Santo reconoce que "todos quieren reformas" y que en el Vaticano "hay corrupción". Además, reconoció que quienes le ponen en las situaciones más difíciles son los jóvenes, no los religiosos, porque "son sinceros y preguntan las cosas más difíciles".
El papa Francisco, quien se negó a conocer de antemano los temas que se iban a tratar, explicó que cuando tiene un problema escribe una papeleta y la coloca bajo la estatua de San José que tiene en su habitación, un método que le permite rezar y dormir "bien" durante seis horas.