El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha solicitado a Tel Aviv que presente pruebas de que armas rusas entregadas a Siria llegan a Hezbolá, en el Líbano, tal y como sostiene Israel. Así lo expresó el ministro ruso este domingo en una entrevista a la cadena NTV.
"Cuando dicen, como nuestros colegas israelíes, por ejemplo, que las armas que Rusia suministra a Siria seguramente llegan a Hezbolá, Líbano que va a atacar a Israel desde el Líbano, cada vez respondemos que estamos absolutamente en contra de la infracción de las cláusulas de los contratos que no permiten al país receptor traspasar nuestras armas a alguien sin nuestra autorización", afirmó el ministro. "Por eso pedimos que nos presenten hechos concretos", resumió.
El arreglo de la situación en Siria
Sobre el conflicto en Siria, Lavrov comentó que aunque no puede pronosticar un avance drástico, ahora la situación es "mucho más favorable para empezar con el arreglo práctico de la crisis". Según el ministro, las partes estaban a punto de empezar esta tarea en septiembre del año pasado, pero "los estadounidenses no lograron cumplir con el acuerdo ya coordinado con nosotros", lo que puso de manifiesto "la falta de capacidad de acuerdo" de la Administración de Obama.
Asimismo, Lavrov destacó la importancia del encuentro tripartito que Rusia, Turquía e Irán mantuvieron en diciembre y que concluyó con la firma del acuerdo el día 29 de ese mes. En este sentido, el canciller ruso recordó que estos tres países están dispuestos de ser los garantes de este tipo de acuerdos. Lavrov también subrayó la importancia de la reciente reunión en Astaná (Kazajistán) donde junto a representantes de estos tres países participaron por primera vez representantes del Gobierno de Siria y de grupos armados. "O sea, los que antes solo se enfrentaban en el campo de batalla con las armas en las manos", subrayó el ministro.
"No tratamos de sustituir los esfuerzos de la ONU", aseguró el ministro, subrayando que todas estas iniciativas, como la de Astaná, donde Rusia, Turquía e Irán abordaron "los detalles del mecanismo de monitoreo del cumplimiento de los acuerdos de alto el fuego", fueron realizadas solo porque "no era posible tolerar más la inacción". Lavrov añadió que ahora se esperan negociaciones bajo la égida de la ONU y que la fecha prevista preliminar es el 20 de febrero.
Sobre Trump y las relaciones con Washington
En la entrevista Lavrov recordó que "los estadounidenses son conocidos por su pragmatismo" por lo que -dijo- está seguro de que Trump es sincero cuando dice que está dispuesto a combatir al Estado Islámico. Rusia, por su parte, "está dispuesta a cooperar", subrayó el ministro, añadiendo que espera que "la interacción y coordinación entre los militares vuelva a establecerse cuanto los permitan las circunstancias".
Lavrov recordó que Moscú siempre "respeta las actitudes de cualquier país" y que está dispuesto a negociar "incluso cuando contradicen absolutamente las nuestras". En este sentido, el ministro expresó la esperanza de que el diálogo con la Administración de Trump siga su curso, llegando a ser "más intenso". Asimismo, recordó que la diplomacia es, precisamente, "la búsqueda de los puntos de coincidencia", incluso en cuestiones que "a simple vista parecen difíciles de acordar".
Lavrov añadió que el presidente de Rusia, Vladímir Putin y su homólogo norteamericano tienen la voluntad de encontrarse pronto y que ahora el Ministerio de Exteriores está sometiendo a consideración la fecha y el lugar del futuro encuentro.
Sobre Ucrania y la situación en Donbass
El jefe de la diplomacia rusa también abordó la crisis ucraniana en la entrevista. "A pesar del alto el fuego y de la retirada de los armamentos pesados a los lugares donde lo establecen los acuerdos de Minsk, lo que fue acordado y anunciado hace unos días, surgen a diario los informes sobre lo contrario", precisó Lavrov.
En este sentido, añadió que el aumento de unidades militares y de armamento pesado cerca de la línea del contacto de las partes y en los núcleos de población es una infracción grave de todo lo acordado antes y firmado por el presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko. "Todos entienden que el estado crítico actual fue provocado unívocamente por los que encuentran al lado occidental de la línea del contacto", resumió el ministro.
Lavrov opina que Poroshenko "hace la vista gorda" ante los así llamados "batallones de voluntarios", e incluso admite que el mandatario puede sugerirles "que carguen la culpa a los milicianos y a Rusia como siempre", esperando que Occidente apele a Moscú. No obstante, el canciller destaca como positivo el hecho de que Occidente "empieza a entender lo que valen las autoridades ucranianas" y también "lo que valen sus promesas acerca de que quieren cumplir los acuerdos de Minsk".