Este lunes, la Casa Blanca ha confirmado la renuncia de Michael Flynn, quien había sido nombrado asesor de Seguridad Nacional el pasado 20 de enero por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Según informa la agencia Reuters, la decisión obedece a los informes de la Oficina Federal de Investigación de EE.UU. (FBI) tras hacer públicas en enero las conversaciones telefónicas entre él y el embajador de Rusia en EE.UU., Serguéi Kislyak. Según estas, ambos funcionarios discutieron temas relacionados con el paquete de sanciones a Rusia impuestos por Barack Obama en el mes de diciembre. En este contexto, se presume que Flynn habría señalado la posibilidad de levantar las sanciones con la llegada de la nueva administración a la Casa Blanca.
"Desafortunadamente, y debido a la rapidez de los acontecimientos, sin darme cuenta proporcioné información incompleta respecto a mis llamadas telefónicas con el embajador ruso. Me he disculpado sinceramente con el presidente y el vicepresidente, y ellos han aceptado mi disculpa", señala el exasesor en su carta de renuncia.
Al mismo tiempo, se ha informado que el general retirado Keith Kellogg, quien se desempeñaba como secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., asumirá de manera temporal el cargo dejado por Flynn.