Las autoridades conocen los riesgos de la presa de Oroville desde hace 12 años
Casi 190.000 residentes de varias localidades del norte de California continúan este martes alojados en refugios provisionales mientras los equipos de ingenieros trabajan a contrarreloj para tratar de contener y reparar la presa del lago Oroville, antes de que el jueves llegue una nueva tormenta, prevista por los servicios metereológicos.
Los problemas en esta estructura comenzaron la pasada semana, cuando las intensas lluvias que ha padecido California durante este invierno obligaron a abrir las compuertas de la presa para vaciar el embalse. Transcurridos varios días, los ingenieros descubrieron una grieta enorme en el desagüe principal que ponía en peligro toda la infraestructura.
Como consecuencia, el sábado decidieron abrir el aliviadero de emergencia, un sistema que no había sido utilizado nunca en los casi 50 años de historia de esta presa. Sin embargo, por esta vía, el agua no cae a una zona canalizada, sino a la montaña.
Así, poco después de empezar a utilizar el desagüe auxiliar, la ladera de la montaña bajo el muro se empezó a desprender poniendo en peligro las zonas río abajo. Por ello, las autoridades ordenaron la evacuación de las localidades de Oroville, Palermo, Gridley, Thermalito, South Oroville, Oroville Dam, Oroville East y Wyandotte.
Ahora, los esfuerzos de los ingenieros se centran en reducir la presión sobre las vías de salida de agua e intentar abrir espacio en el pantano para las nuevas precipitaciones. Por lo que la enorme grieta de la rampa ha pasado a ser un problema secundario, comparado con el peligro de derrumbe del muro de emergencia.
Organizaciones medioambientalistas denunciaron los riesgos en 2005
A pesar de que los graves problemas de seguridad en esta presa han salido a la luz tras meses de fuertes lluvias en California, los medios de comunicación locales denuncian que las autoridades federales y estatales fueron advertidas de todos estos riesgos hace 12 años y, sin embargo, no hicieron nada para solucionar los problemas.
Así, en octubre de 2005, tres organizaciones medioambientalistas - Friends of the River, Sierra Club y South Yuba Citizen League - presentaron una moción ante la Comisión Federal Reguladora de Energía (FERC, por sus siglas en inglés) instando a las autoridades a que el desagüe de emergencia de la presa fuera blindado con hormigón en vez de seguir siendo una ladera de tierra, según una información publicada por el diario 'The Mercury News' que ha sido confirmada por las propias organizaciones denunciantes.
Los grupos aseguraban que la presa, propiedad de California y construida por el Estado en 1968, no cumplía con los estándares de seguridad modernos ya que, en caso de lluvia extrema e inundaciones, el rápido aumento del agua desbordaría el aliviadero de hormigón principal y comenzaría a fluir por el desagüe de emergencia, lo que podría causar una grave erosión que provocaría inundaciones en las comunidades que viven río abajo.
Sin embargo, la FERC rechazó la solicitud de las organizaciones después de que el Departamento Estatal de Recursos Hídricos y las agencias de agua dijeran que estas mejoras de la presa eran innecesarias, muy probablemente, según el citado medio, porque tendrían que pagar la factura de las obras pertinentes.