"Nunca pensé en dejar la CIA. Pero lo hago por Trump". Así se titula el artículo que Edward Price, exportavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y exagente de la CIA, ha publicado este lunes en el periódico 'The Washington Post'. Tras abandonar el cargo la semana pasada, Price asegura ahora que lo hizo por "no poder servir de buena voluntad" a la nueva Administración de EE.UU., otra declaración en contra del Gobierno liderado por Donald Trump, que —según Price— ha generado "un sentido fuerte de desmoralización" en la agencia.
El exportavoz, que ha trabajado bajo una Administración republicana como demócrata, afirma que no hubo para él "mayor recompensa" que presentar los resultados de sus análisis a los presidentes George W. Bush y Barack Obama y ver cómo su trabajo "determina los acontecimientos". "La Inteligencia informa a la política: así es cómo debe de funcionar el sistema", asevera Price, que lamenta que dicha estrategia no haya recibido mucho apoyo del presidente Donald Trump.
En cuanto al nuevo mandatario, Price recuerda que oyó "con incredulidad" las declaraciones en las que Trump expresaba sus dudas sobre el presunto 'hackeo' ruso de las presidenciales en las que había ganado, un tema popular en los medios norteamericanos que en varias ocasiones han acusado al magnate —aunque sin presentar prueba alguna— de mantener relaciones oscuras con Moscú. El exportavoz del Consejo de Seguridad Nacional afirma que "lo último que faltaba" era el memorando presidencial en el que Trump autoriza la reestructuración del organismo.
Asimismo, Price critica el rumbo político elegido por el presidente denominado 'America First' ('América, en primer lugar'), si bien añade que su decisión de abandonar el cargo "no tiene nada que ver con la política". Aunque, según él, la Administración Trump no está "abierta al análisis de la Inteligencia", Price subraya que la CIA seguirá compartiendo informaciones con sus "próximos aliados y socios en todo el mundo".
Las declaraciones de Price podrían propiciar una escalada de la tensión entre Trump y la Inteligencia norteamericana. En ocasiones anteriores el mandatario tachó de "filtrador de noticias falsas" al exjefe de la CIA, John Brennan, e insinuó que había sido el propio Brennan quien filtró a la prensa el polémico informe sobre presuntos materiales comprometedores que Rusia tendría sobre él. Asimismo, declaró que "las agencias de Inteligencia nunca deberían haber permitido que esta falsa noticia 'se filtrara' al público".