Científicos estadounidenses han determinado que los genes que permiten la unión de las células reproductivas en los animales de diferente sexo fueron 'heredados' de los virus, que utilizaban un mecanismo similar para ingresar en los organismos vivos.
La ciencia ya conocía que la reproducción sexual de los organismos multicelulares se originó como un paso evolutivo que permitió a los animales desarrollar un sistema de combate contra nuevos parásitos e infecciones, pues posibilitaba el intercambio de material genético de los padres. Sin embargo, la comunidad científica desconocía de dónde provenía esta capacidad.
Un 'regalo' hecho durante la carrera evolutiva
A partir de la investigación de una proteína encargada de la reproducción sexual entre las células, un equipo de científicos de la Universidad de Maryland encontró el gen encargado de facilitar su unión y determinó que este había sido 'heredado', pues su función inicial no era facilitar la unión de las células sexuales, sino la de ingresar al organismo como lo hacen los virus.
William Snell, investigador del Departamento de Biología Celular de la universidad y jefe del equipo de investigación, considera que una de las pocas formas que la naturaleza ha encontrado para hacer que las células se reproduzcan, es precisamente a través de una proteína que es idéntica en su estructura a las moléculas que los virus —como el dengue o el zika— utilizan para ingresar en las células de los organismos vivos.
Los investigadores ahora conocen que la capacidad de reproducirse sexualmente ha sido un 'obsequio' que los virus hicieron a nuestros antepasados mientras mantenían una carrera evolutiva entre sí.
En su artículo, que ha sido publicado en la revista científica 'Cell', el equipo de Snell asegura que la alteración de este gen podría convertir a las células del ser humano en inmunes a enfermedades como la malaria o la toxoplasmosis.