La sangre de estos 'dragones' podría destruir la resistencia a los antibióticos

Científicos han dado un paso adelante en su lucha contra uno de los problemas más apremiantes de nuestros tiempos.

La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas más palpitantes de la actualidad. Los fármacos antimicrobianos tradicionales ya no funcionan de la forma en que solían hacerlo, y el aumento de las superbacterias podría provocar que infecciones fácilmente tratables de repente se conviertan en enfermedades incurables que pongan en riesgo la vida.

Por lo tanto, la comunidad científica ha visto recientemente toda una serie de nuevos descubrimientos que proponen nuevas maneras de cambiar la tendencia. Pero la última revelación de un equipo de la Universidad George Mason (EE.UU.), publicada en la revista 'Journal of Proteome Research' es una de las más inusuales y llamativas.

Los investigadores han descubierto que podríamos usar la sangre de 'dragones' para aniquilar las superbacterias: se trata puntualmente de los dragones de Komodo, los lagartos más grandes del mundo, (miden hasta 3 metros de longitud y pesan 70 kilogramos) y viven en cinco pequeñas islas en Indonesia. Su sangre contiene un conjunto particular de compuestos químicos con propiedades antimicrobianas que les ayudan a resistir las bacterias tóxicas y que podrían ser usadas para desarrollar nuevos fármacos para combatir la resistencia a los antibióticos.

Estos químicos son conocidos como péptidos catiónicos antimicrobianos (PCAs). Aunque muchas criaturas vivientes (incluidos los humanos) tienen versiones de estos componentes en su sangre, los dragones de Komodo cuentan con 48 poderosamente antimicrobianos. El equipo de EE.UU. logró aislar hábilmente estos PCAs en un laboratorio utilizando hidrogeles cargados eléctricamente para succionarlos de las muestras de sangre de los dragones.

Tras sintetizar sus propias versiones de 8 de estos PCAs, los científicos los expusieron contra dos cepas de superbacterias cultivadas en laboratorio, SARM y Pseudomona aeruginosa, para ver si tenían algún efecto. Sorprendentemente, los 8 fueron capaces de matar las cepas de Pseudomona aeruginosa, mientras que 7 de ellos destruyeron todos los rastros de ambas bacterias.

Los investigadores indican que estos poderosos PCAs explican por qué los dragones de Komodo son capaces de contener una población tan densa y biodiversa de bacterias increíblemente peligrosas en sus bocas. Aunque no está claro de dónde provienen todas estas bacterias, los compuestos químicos en su sangre aseguran que los animales nunca serán infectados. De hecho, fue esta capacidad de coexistir con tantas bacterias letales lo que despertó el interés de los investigadores.