Por primera vez en su historia, la compañía Petróleos Mexicanos (Pemex) ha firmado un contrato de consorcio con empresas extranjeras para la exploración y extracción de crudo en aguas profundas.
Así, Pemex incursionará en la explotación de hidrocarburos en aguas profundas del golfo de México junto con Chevron —la segunda mayor petrolera de Estados Unidos— e Inpex, la firma más grande del sector en Japón.
Un descubrimiento valioso
La zona de explotación corresponde a un gran yacimiento de petróleo que México descubrió en 2012 frente a las costas del estado de Tamaulipas, a unos 40 kilómetros de la frontera marítima con EE.UU. En su momento, se había estimado que el hallazgo podría equivaler a un tercio de la producción anual de crudo del país. En ese mismo año se hicieron otros hallazgos similares en el mismo golfo de México.
La inversión prevista durante los primeros cuatro años desde la firma del contrato es de 100 millones de pesos mexicanos —alrededor de 5 millones de dólares— para evaluar el potencial de extracción. En función del éxito de esta fase, las inversiones futuras rondarán los 2.000 millones de dólares durante los próximos 50 años. Los tres socios se dividirán los beneficios en partes iguales.
La reforma energética mexicana
En 2013, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, propuso una reforma energética que cambiaría el panorama de los hidrocarburos en el país, entre otros. Pemex, que desde 1938 era la única compañía petrolera que exploraba, explotaba, refinaba y comercializaba el petróleo de ese país, ahora deja de gozar de esta exclusividad.
Esas medidas generaron opiniones encontradas en algunos sectores. Mientras algunos afirmaban que serían beneficiosas gracias a las nuevas inversiones y opciones de exploración, otros aseguraban que Pemex desaparecería tras su puesta en práctica.