El primer burdel de muñecas sexuales de Europa abre sus puertas en Barcelona

Katy, Leiza, Lily y Aki no son mujeres reales, pero prometen hacer realidad todas las fantasías de sus clientes.

La agencia Lumi Dolls inició el pasado viernes su actividad comercial en Barcelona, ofreciendo un servicio nunca visto hasta ahora en Europa: muñecas realistas con las que se puede tener sexo. Se trata, según la página web del local, de "muñecas totalmente realistas, tanto en el movimiento de sus articulaciones como en el tacto". Por razones de privacidad no divulgan la dirección exacta de este curioso prostíbulo, al que sólo se puede acceder mediante cita telefónica previa.

Katy (de aspecto europeo y rubia, con 170cm de altura), Leiza (de raza negra, 168cm), Lily (asiática, con 161 cm de altura) y Aki (un personaje de anime japonés que mide 165 cm) son las muñecas que Lumi Doll ofrece al público. "Todas nuestras muñecas, al igual que todas las mujeres, cuentan con cavidad oral, vaginal y anal" explican desde la agencia. Y por si acaso, precisan que "nuestras LumiDolls son, antes y después de cada servicio, correctamente desinfectadas con jabones especiales antibacterias. Garantizamos unos altos estándares de higiene. Aun así, siempre recomendamos usar las LumiDolls con preservativos".

Una experiencia única...a precio "normal"

Este peculiar burdel hace todo lo posible por evitar que el encuentro íntimo con una muñeca se queda en una experiencia fría y aburrida: "cuidamos hasta el más mínimo detalle", explican. En cada habitación hay una gran televisión de plasma donde se puede reproducir una serie de películas que el propio cliente puede elegir a su gusto. "Junto a la tenue luz de las velas y con la SexDoll al lado, será una experiencia única", aseguran.

El cliente de Lumi Dolls puede elegir con qué ropa o en qué postura o situación quiere que le reciba su muñeca.

Los precios no se diferencian mucho de los servicios sexuales ofrecidos por agencias que trabajan con mujeres reales. En concreto, pasar una hora en compañía de cualquiera de estas bellezas artificiales cuesta 120 euros; una hora y media, 150 euros; y dos horas cuesta 170 euros. Algunas de las muñecas están fabricadas en Japón o en Estados Unidos, donde su precio oscila entre los 5.000 o los 6.000 euros. 

Aún sabemos si estamos ante el futuro de la prostitución, ante un fetiche para minorías, o ante una moda pasajera, pero esta novedad irrumpe con verdadera fuerza en un mercado diverso y controvertido.