La compañía francosuiza de materiales de construcción LafargeHolcim Group ha admitido que la gerencia de una de sus plantas en el noroeste de Siria financió a grupos terroristas entre 2012 y 2014 para 'comprar' la seguridad de sus empleados y mantener la fábrica en marcha, informó el diario 'Le Monde'.
La confesión se produce tras la investigación realizada el año pasado por el medio francés, que reveló que una planta de cemento del grupo había realizado pagos a diversos grupos asociados con el Estado Islámico que tenían ocupadas las localidades y carreteras adyacentes a la instalación.
Ahora la empresa, denunciada por varias ONGs, ha reconocido que su filial, que en aquel entonces pertenecía a la francesa Lafarge, "entregó fondos a terceras personas para alcanzar acuerdos con algunos grupos armados, un tercio de los cuales estaban sometidos a sanciones" por parte de la comunidad internacional.
El periódico señala que los receptores finales de los pagos siguen sin conocerse a día de hoy.
La compañía llevó a cabo su propia investigación interna sobre el asunto, en la que concluyeron que "visto a posteriori, las condiciones exigidas para asegurar la continuación de las operaciones de la planta eran inaceptables".
"Los responsables de operaciones en Siria parece que actuaron de manera que creían que era la mejor para los intereses de la empresa y de sus empleados. Sin embargo, la investigación ha revelado unos errores de juicio que contradicen al código de conducta de la compañía", ha declarado un portavoz de LafargeHolcim.
La operaciones en esta planta siria fueron suspendidas en septiembre de 2014.