La automatización industrial libera a la gente de muchas labores, pero a los científicos les asusta el futuro de la humanidad, dado que millones pueden quedarse sin trabajo. Sistemas de pilotaje automáticos en vez de conductores, robots en vez de dependientes… La tecnología nos está reemplazando paso a paso, y los pasos se hacen cada vez más grandes.
Una de las soluciones al problema puede ser la idea de la renta básica, el pago estable que reciben todas las personas, independientemente de si trabajan o no. Esta teoría no es nueva, su mención aparece ya en el siglo XVI en la 'Utopía' de Tomás Moro.
Aunque ahora la idea ha obtenido una variación más concreta: "¿No debería Silicon Valley, que creó el problema del empleo de la gente en el futuro, ofrecer también la solución?", preguntó el fundador de la empresa Y Combinator, Sam Altman, durante su conferencia en Stanford en diciembre del 2016.
Experimentos puestos en marcha
En su artículo de 'The New York Times' sobre los experimentos con la renta básica en África, la periodista Annie Lowrey relata sobre el experimento con el ingreso básico en las poblaciones de Kenia llevadas a cabo por la ONG estadounidense GiveDirectly, que ha recaudado fondos para realizar el proyecto de las donaciones de Google, eBay, Facebook e Instagram.
Lowrey, que escribe un libro sobre la renta básica, ha visitado con los representadores de GiveDirectly una de las aldeas de Kenia, donde la vida de los lugareños, llena de pobreza en el pasado, parece mejorar gracias al proyecto de la ONG.
¿Por qué esto es posible?
La respuesta se halla en el nombre de la ONG, GiveDirectly: 'Entrega directamente', en español. En lugar de prestar ayuda con bienes, como normalmente hacen otras organizaciones humanitarias, GiveDirectly entrega dinero a la población mediante un sistema de pagos móviles, ampliamente usado en Kenia, donde el 96% de la población del país utiliza este procedimiento.
¿Dinero gratis?
Cuando los fundadores de GiveDirectly, los graduados de Harvard Michael Faye y Paul Niehaus, anunciaron a una población de Kenia que iban a pagar a sus residentes 22 dólares cada mes durante 12 años, muchos no lo creyeron. Los residentes de la aldea, cuyo nombre Lowrey ocultó intencionalmente, empezaron a esparcir rumores de que los americanos eran Illuminati, que eran capaces de lanzar hechizos o que llegaron para robar a sus niños.
Alguno de los lugareños supuso, que el pago a los residentes de la aldea, que está a 30 kilómetros de distancia del lugar donde nació el padre de Obama, fue obra del propio expresidente de EE.UU.
¿Cuál fue el resultado del experimento?
Actualmente GiveDirectly planea ampliar sus donaciones a unas 120 aldeas con más de 15.000 residentes en total. La población, visitada por Lowrey, donde, según la periodista, se consideraba inapropiado comer en la calle porque parecía que uno se jacta de tener comida, ya ha sido testigo de cambios drásticos.
Lowrey destaca que la aldea parece mucho más arreglada que otras en su entorno. Muchas personas abrieron negocios y han podido permitirse el lujo de comprar ganado. Las probabilidades para un niño de pasar un día entero sin comer se han reducido el 42%. Ha caído la tasa de violencia doméstica, ha mejorado la salud mental y las personas ven el futuro con otros ojos.
Más allá de Kenia
Según la estimación, realizada por la Institución Brookings, 66.000 millones de dólares son necesarios para que todo el planeta estuviera a este lado del umbral de la pobreza. En efecto, esto es aproximadamente lo que los estadounidenses gastan en billetes de lotería cada año, y casi la mitad de lo que el mundo invierte en las ayudas al extranjero.
Con los nuevos métodos de distribuir los recursos, la humanidad podría finalmente solucionar el problema de la pobreza y del desempleo utilizando el avance tecnológico en su beneficio. "Creo que estamos en medio o cerca de la cúspide de una nueva revolución", afirmó Sam Altman, cuya empresa, Y Combinator, planea entregar dinero a 1.000 familias pobres en California y en otro estado de EE.UU. todavía no determinado.