Agresión externa, injusticia, éxodo masivo y otros demonios que desmoronaron un sueño llamado Libia

La guerra destruyó Libia y la convirtió en un Estado fallido, mientras el país africano sigue luchando por salir de la crisis.

La destrucción de Libia y su colapso social siempre servirá como una "condena devastadora" de la política externa occidental en la región, según opina el periodista John Wight en un artículo para RT en inglés. Asimismo, el papel de la OTAN no será visto como el de "un defensor de la democracia, la paz y la estabilidad", sino el de "un instrumento del poder imperial de Occidente".

Wight ha destacado que el asesinato del exlíder libio Muammar Gaddafi fue perpetrado en el 2011 "a manos de una banda apoyada por la OTAN, un crimen abominable y despreciable", que solo podría ser comparado con el linchamiento legal del expresidente de Irak, Saddam Hussein, en el 2006.

¿Por qué importa lo que pasa en Libia?

La crisis de los refugiados, que estalló a la luz del derrocamiento de Gaddafi, es "la peor desde el fin de la Segunda Guerra Mundial" e impactó a miles de ciudadanos, que emprendieron un viaje a Europa a través del Mediterráneo. Solo en el 2016 cerca de 5.000 personas fallecieron en sus aguas en el intento de llegar a los países europeos, así que "la catástrofe humanitaria no muestra señales de mejora".

De momento, los grupos terroristas Estado Islámico (EI) y Al Qaeda siguen estando activos en Libia, "aprovechándose de la falta de un Gobierno central fuerte" en el país, que se convirtió en un Estado fallido, como resultado directo del cambio del poder apoyado por la OTAN en el 2011.

La situación actual en el país destruido es completamente diferente a la del 2010, cuando era un país de alto desarrollo, según los datos del Programa de la ONU para el Desarrollo. Esta calificación correspondía a la esperanza de la vida de 74,5 años, la tasa de alfabetización del 88,4% y de activos externos estimados en más de 150.000 millones de dólares, entre otros índices sociales y de desarrollo favorables.

"Diálogo inclusivo y nacional"

El pasado 2 de marzo se celebró una reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el primer ministro del Gobierno del Acuerdo Nacional, Fayez al Sarraj. Lavrov declaró que están "interrumpidos la unidad del pueblo libio y la integridad del territorio".

El ministro ruso destacó que "solo el propio pueblo libio puede superar la crisis actual, así que todas las partes libias deberían mantener un diálogo a nivel "inclusivo y nacional, dirigido a la reconciliación". Lavrov destacó que "los intentos de interponer algunas decisiones desde fuera fracasan", por lo que se pretende "defender la necesidad de crear las condiciones para los libios para que regulen sus problemas" internos.