El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pasó el último fin de semana enfurecido por los continuos escándalos que aparecen en la prensa sobre sus supuestas relaciones con Rusia y por la falta de apoyo que le están mostrando sus compañeros de partido.
A pesar de que el portavoz de Barack Obama, Kevin Lewis, rechazara las acusaciones de Trump, quien indicó que la Administración del expresidente estadounidense interceptó sus comunicaciones antes de las elecciones presidenciales del 2016, el nuevo inquilino de la Casa Blanca sigue firme en su postura. El sábado pásado se encontró con el periodista y empresario conservador Christopher Ruddy, a quien afirmó que todo "será investigado" y "probado".
"Nunca lo vi tan enfadado", comentó Ruddy a 'The Washington Post', que habló con 17 funcionarios de la Casa Blanca, miembros del Congreso y amigos del nuevo mandatario para realizar este reportaje.
Aunque el presidente estadounidense se mostró contento de ver que sus acusaciones contra Obama coparan las portadas de los periódicos este fin de semana, Trump encontró otra razón que le sacó de quicio, según un funcionario.
El motivo de su enojo fue ver los pocos republicanos que le defendieron durante los programas de debates políticos que se emiten tradicionalmente los domingos por la mañana en el país norteamericano.
La desafección que muestran algunos correligionarios de Trump puede deberse a los contactos que miembros de su equipo mantuvieron en el pasado con algunos funcionarios rusos, lo que ha provocado una serie de escándalos en Estados Unidos.
- El pasado 2 de marzo el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, se convirtió en blanco de las críticas por mentir presuntamente bajo juramento al Senado de su país acerca de sus contactos con el Gobierno de Rusia.
- El 13 de febrero, la Casa Blanca confirmó la renuncia de Michael Flynn, quien había sido nombrado por Trump asesor de Seguridad Nacional el pasado 20 de enero. La decisión se tomó a raíz de los informes que el FBI publicó en enero, donde se afirmaba que Flynn había mantenido conversaciones telefónicas con el embajador ruso, Serguéi Kisliak.