La ciudad donde los hombres se convierten en dioses (FOTOS)
El nombre original de la primera cosmópolis de América es desconocido.
Teotihuacán, el nombre atribuido a este impresionante lugar, fue asignado por los habitantes del tardío imperio de México-Tenochtitlan, aquel reino enclavado en una laguna, que peleó contra los colonizadores españoles dirigidos por Hernán Cortés.
El nombre Teotihuacán significa varias cosas. Una de las acepciones más aceptadas es "el lugar donde los hombres se convierten en dioses".
Hoy se sabe que Teotihuacán fue la primera ciudad planificada en la región conocida como Mesoamérica, aproximadamente en la era en la que comenzaba a difundirse el cristianismo en Oriente Medio.
Además, la también llamada 'Ciudad de los dioses' fue el aglutinante de una cultura basada en la siembra, la muerte, la creación del sol y la luna: objetos celestes a los cuales están dedicadas dos de las pirámides más grandes y anchas del mundo.
La fascinación y curiosidad por el sitio data de siglos. Sin embargo, hay todavía muchos secretos ocultos sobre la gran ciudad, que tiene la semilla de la cultura precolombina mesoamericana.
El jesuita Carlos de Sigüenza y Góngora, famoso por la diversidad de sus trabajos, exploró la pirámide de la luna en el siglo XVII, cuando México era todavía la Nueva España.
Viajeros como el famoso Alexander von Humboldt hablaron de la importancia de este sitio, pero no fue hasta finales del siglo XVIII que arqueólogos comenzaron a explorar el sitio de manera continua.
Hoy esta ciudad es el sitio arqueológico más visitado de México. Los expertos siguen hallando en su interior claves para entender la forma de ver el mundo que tenían los antiguos habitantes del país.
Reunión de dioses
"Se dice que, cuando aún era de noche, cuando aún no había luz, cuando aún no amanecía, se juntaron, se llamaron unos a otros los dioses, allá en Teotihuacan", escribió el fraile Bernardino de Sahagún en el siglo XVI.
En aquella reunión de dioses, el dios menor Nanahuatzin, quien tenía el cuerpo poblado por escoriaciones y bubas, decidió sacrificarse en una hoguera para alimentar al sol.
Así comenzó la nueva época del Nahui Ollin o Quinto Sol. Por ello, para los mexicas, la vieja ciudad de Teotihuacán estaba relacionada íntimamente con el origen del cosmos.
A pesar de su tamaño, Teotihuacán fue despoblado por sus habitantes cinco siglos antes de la llegada de los colonizadores. Actualmente no se sabe quién comenzó a edificar este lugar, quizás fueron habitantes de la cuenca del actual lago de Texcoco. Algunos arqueólogos piensan que la ciudad fue uno de los primeros puntos donde confluyeron diversas culturas, pues dentro de Teotihuacán existen rastros de barrios pertenecientes a las culturas zapoteca de Oaxaca y maya del sudeste de México.
Esplendor y caída
A una hora del norte de la capital del país se asoman las pirámides de la luna y del sol, las cuales se encuentran al final de la Calzada de los Muertos, signo del paso al otro mundo, flujo del tiempo y eje principal de la ciudad. Posteriormente, sobre la calzada, se encuentra templo del culto a la Serpiente Emplumada. Más allá, el terreno permanece cubierto por la tierra.
La época de mayor esplendor de la ciudad se dio entre los años 450 a 650 después de Cristo. En aquellos siglos, el espacio urbano de Teotihuacán tenía 23 kilómetros cuadrados y su población era de 175.000 habitantes.
Al paso de los siglos, la ciudad fue cayendo, quizás por diferencias sociales entre sus miles de habitantes. Existen restos de incendios y saqueos al final de la historia de Teotihuacán, cuando ya solo contaba con 2.000 personas.
Germinar como dioses
En el museo del sitio arqueológico se encuentran diversas piezas de todos estos periodos que muestran incensarios, joyas, y hasta la forma en la que las personas eran enterradas a modo de semilla para que germinaran después en forma de dioses.
En la sala principal del museo se encuentra otra cita de Bernardino de Sahagún que habla de este ritual y el nombre de la urbe:
"Así se decía Teotihuacán, porque cuando morían los señores, allí los enterraban. Luego encima de ellos construían pirámides, que aún ahora están".
Teotihuacán a través de los siglos
La cultura de Teotihuacán se extendió varios siglos después de su propia extinción. El culto a la Serpiente Emplumada, imagen de la unión de la tierra con el cielo, existe hasta hoy en el imaginario mexicano, al igual que el Nahui Ollin.
Actualmente es común ver que cientos de visitantes arriban a las pirámides que celebran la entrada de la primavera en el mes de marzo.
Las pirámides de la luna y el sol hacen volar la imaginación, pues algunas teorías de la conspiración destacan que la vista desde el cielo de Teotihuacán es un circuito eléctrico y está alineada con la constelación de Orión y le atribuyen a la ciudad un origen divino y hasta extraterrestre.
Y es que Teotihuacán no se agota. En 2014, dos años después del escándalo internacional por la llegada de una tienda Walmart cerca de las pirámides, fue encontrado bajo la Pirámide de la Serpiente Emplumada un pasadizo que asemejaría al inframundo, y en 2016, arqueólogos encontraron estelas de piedra verde en la Pirámide de la Luna, que podrían asemejarse al paisaje lunar.
Al-Dabi Olvera