El 5 de septiembre de 2015, la escritora estadounidense Amy Krouse Rosenthal acudió a la sala de emergencias de un hospital de Chicago, con un dolor que supuso era a causa de una apendicitis.
Al día siguiente volvió a casa tras haberle sido diagnosticado un cáncer de ovario en fase terminal.
Desde entonces todos sus planes cambiaron y decidió que una buena forma de despedirse y no dejar solo a su compañero de vida Jason Brian Rosenthal, era escribir una carta a la que tituló: "Deberías de casarte con mi esposo" y que aparece publicada en 'The New York Times'.
Fecha límite
"Llevo un tiempo intentando escribir esto, pero la morfina y la falta de hamburguesas jugosas me han dejado sin energía y han interferido con lo que me queda de capacidad de prosa (...) Pero tengo que terminarlo ya, porque tengo una fecha límite, una muy cercana. Necesito decirlo, y hacerlo bien, mientras tengo tu atención y todavía tengo un pulso. He estado casada con el hombre más maravilloso durante 26 años. Planeaba que fueran al menos 26 años más", dice la carta.
La autora de 28 libros infantiles, elabora un detallado perfil de su esposo, "hecho a partir de mi experiencia con él tras 9.490 días de vivir en la misma casa". Y asegura que "es fácil enamorarse de él. A mí me tomó un día".
Una sola cita
Lo conoció, relata en la misiva, gracias a que un amigo les organizó una cita a ciegas.
"Era 1989 y solo teníamos 24 años. Tenía exactamente cero expectativas de que la cita sería provechosa. Pero cuando tocó a la puerta de mi pequeña casa, pensé: Oh, no, esta persona es muy simpática. Para cuando acabamos de cenar, me quería casar con él. Jason llegó a la misma conclusión, un año después".
La enfermedad hizo que se dedicara únicamente a realizarse el tratamiento, así que debió suspender todos sus proyectos. "No es coincidencia que las palabras cáncer y cancelar son tan similares".
Por último, se dirige a los que pudieran pensar que la descripción que hace de su esposo pareciera "salida de un cuento de hadas".
A ellos les certifica: "no están muy equivocados, con excepción de todas las posibles peleas pequeñas que surgen cuando vives con alguien durante dos décadas y media. Ah, y excepto esa parte de la historia en la que me dio cáncer. ¡Puaj!".
La carta fue terminada por Amy en día de San Valentín y la ofreció de regalo a su esposo con la esperanza de que "la persona apropiada lea esto, busque a Jason y empiece otra historia de amor".
Ernesto J. Navarro