Al expresidente estadounidense, Barack Obama, no le ha gustado nada que el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, lo acusara de interceptar sus comunicaciones durante la campaña presidencial, informa el periódico norteamericano 'The Wall Street Journal', citando sus fuentes.
Aunque las serias acusaciones de Trump irritaron al exmandatario de EE.UU.. éste decidió no responder a cada uno de los tuits agresivos de su sucesor, según una fuente del diario.
"Una regla cardinal de la Administración Obama consistió en que ningún oficial de la Casa Blanca debía interferir en ninguna investigación independiente llevada a cabo por el Departamento de Justicia", afirmó el portavoz de Obama, Kevin Lewis. En este sentido, Lewis recalca que "como parte de esta práctica, ni el [ex]presidente Obama ni ningún oficial de la Casa Blanca ha ordenado vigilancia a ningún ciudadano estadounidense". El portavoz ha destacado que cualquier suposición de lo contrario "es sencillamente falsa".
"Obama está en guerra con Trump"
Por su parte, Trump y otros funcionarios de su Administración creen que los leales de Obama están detrás de las filtraciones que dañan a su personal, señala el diario. Además, el nuevo inquilino de la Casa Blanca opina que su predecesor podría haberle ayudado de haber refutado la supuesta interacción del Gobierno de Trump con las autoridades rusas.
Mientras tanto, un funcionario de la Casa Blanca señaló que durante su mandato Obama se mostró crítico con las filtraciones, sobre todo de aquellas relacionadas con la investigación del FBI sobre el correo electrónico de su exsecretaria de Estado, Hillary Clinton. "Fue muy rápido para condenarlo entonces y, obviamente, su silencio ahora es notable", aseguró el funcionario.
"Aliados de Trump creen que Obama está en guerra con ellos", recalca el periodista y empresario conservador Christopher Ruddy, que subraya que los aliados del exmandatario son responsables de "muchos de los problemas".