En medio del intenso fuego cruzado de acusaciones entre Países Bajos y Turquía, el presidente turco ha calificado a las autoridades del país europeo de "nazis y fascistas", porque —argumentó Recep Tayyip Erdogan este domingo en plena escalada del conflicto— solo este tipo de regímenes prohíben la llegada de los cancilleres de otros países, informa AP.
Al igual que ya hiciera Alemania, los Países Bajos prohibieron a los residentes turcos convocar manifestaciones a favor del referéndum sobre la reforma constitucional en Turquía que tendrá lugar este mes de abril. Ankara quiere convencer a sus ciudadanos de que voten a favor de que el país se convierta en una república presidencial y deje de ser parlamentaria, como ahora. Con este fin envió a sus altos cargos a los países europeos que albergan las mayores comunidades turcas para reunirse con ellas.
Este sábado Ámsterdam prohibió aterrizar al avión del ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, que se dirigía a la manifestación prevista en Róterdam, lo que desató la ira de Erdogan. El presidente de Plataforma para diálogo de Rusia y Tuquía, Ajmed Ajmédov, explicó a la radio BFM, que el presidente turco es fiel a su estilo cuando estos días reacciona a todo "de manera muy agresiva y brusca".
"La agresión siempre ha sido parte de sus compañas electorales", a través de ella Erdogan "siempre ha logrado a consolidar su electorado", y el referendo previsto para este 16 de abril no es una excepción, opina el experto. Sin embargo, lo más probable es que el presidente turco "se calme" después, ya que "todo el mundo está cansado de sus declaraciones agresivas que no se apoyan en acciones", cree Ajmédov.