La preocupación sobre la presencia de tropas alemanas en Turquía se acentúa entre legisladores tanto de la coalición gobernante como de la oposición. Actualmente, Berlín realiza vuelos de reconocimiento desde la base turca de Incirlik, localizada al sur de Turquía y cerca de territorio sirio, como parte de la coalición occidental liderada por EE.UU. que lucha contra el Estado Islámico.
"En medio de esta recalentada atmósfera es cada vez más incierto el hecho de que el Gobierno turco pueda garantizar la protección de nuestros soldados en Incirlik", afirma el portavoz de la Unión Social Demócrata para la política exterior y la seguridad Florian Hahn.
Por su parte, la líder izquierdista Sahra Wagenknecht ha manifestado que tras los recientes acontecimientos considera que su país debe detener "de manera inmediata" el suministro de aviones, soldados y armamento a Turquía, en declaraciones recogidas por Deutsche Welle.
Asimismo, el líder de Alianza 90/Los Verdes Cem Ozdemir, turco étnico y duro crítico de larga data del presidente turco Erdogan, sostiene que el retiro de las tropas de Turquía enviaría un mensaje claro a Ankara, que según él, está en proceso de perder "los últimos remanentes de respeto por parte de Europa".
Los aliados de la OTAN mantienen tropas estacionadas en Incirlik. En concreto Alemania dispone de una fuerza de unos 240 soldados. La nación europea está considerando una inversión multimillonaria en esta base para el despliegue a largo plazo de sus tropas.
Los partidarios de la idea de retirar los aviones y soldados alemanes afirman que estos pueden permanecer en Grecia, Chipre o Jordania y así continuar apoyando a la coalición. Además, ellos recalcan, el hecho, de que Ankara ya jugo la carta de Incilick el año pasado, cuando el gobierno turco obstaculizó la visita de parlamentarios alemanes a esta base