La familia de Cruz Marcelino Velázquez Acevedo, un adolescente de Tijuana (México) que murió después de que dos agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP por sus siglas en inglés) le hicieran beber metanfetamina líquida en el puerto de San Ysidro (California, EE.UU.), ha recibido una indemnización de un millón de dólares, informa el diario 'The San Diego Union Tribune'.
El acuerdo del Tribunal Federal de San Diego (California, EE.UU.) se produce más de tres años después de que Cruz Marcelino, de 16 años, cruzara la frontera méxico-estadounidense el 18 de noviembre de 2013. Según recoge el diario, la demanda contra los oficiales de la CBP alegó muerte injusta, asalto y agresión, negligencia, así como sometimiento a angustia emocional de forma intencionada.
El joven, que llevaba el líquido ámbar en dos botellas en su mochila y afirmaba que era jugo de manzana, tomó varios sorbos de la sustancia después de que dos oficiales de la CBP le incitaran a beberlo para demostrarles que no mentía, según documentos presentados ante el Tribunal. Al cabo de dos horas, el adolescente murió.
La demanda contra los oficiales de la Oficina de Aduanas de EE.UU. alegó que "los dos agentes le dijeron a un joven que bebiera el líquido para demostrarles que era jugo de fruta y no una droga", recuerda Eugene Iredale, abogado de la familia del adolescente. "Él hizo eso y, en resultado, murió", señaló.
Aunque el abogado de la familia del adolescente no cree que los agentes "deliberadamente quisieran matar al chico", indicó que los aduaneros "sospechaban" que el líquido contenía droga. "Tienen muchas herramientas de prueba, están fácilmente disponibles" en el puerto, pero no fueron utilizadas, se lamenta Iredale.
Asimismo, el letrado matiza que la familia cree que se le pagó a Cruz Marcelino "una pequeña cantidad de dinero", entre 100 o 200 dólares, para que cruzara la frontera con las drogas.