La cruzada de Donald Trump contra un grupo de "proyectos de mascotas y vacas sagradas", combinada con una propuesta igual de enorme de incrementar otros gastos del Pentágono, avanza a buen ritmo.
Pero "como dice el refrán: la Casa Blanca propone y el Congreso dispone", sostiene un reciente artículo de 'The National Interest' escrito por Christopher Preble, vicepresidente de Estudios de Defensa y Política Exterior del Instituto Cato, quien sugiere que el presupuesto militar propuesto por Trump no se convertirá en ley.
Sin embargo, la propuesta presupuestaria de Trump revela algunas ideas acerca de la política exterior que piensa llevar a cabo el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Y ese presupuesto, aunque no está aprobado por el Congreso, sugiere que Trump desea utilizar a los militares más a menudo y recurrir con menos frecuencia que sus predecesores a la diplomacia para resolver los problemas, según el autor.
"Trump es un intervencionista comprometido"
En opinión de Preble, el presidente de EE.UU. y su director de presupuesto, Mick Mulvaney, han ofrecido un presupuesto algo 'simétrico'. La propuesta consta de un presupuesto de 54.000 millones de dólares más para gastos de defensa que lo que permite la ley actual, y 54.000 millones de dólares menos para gastos discrecionales [egresos por la adquisición de bienes o servicios que no son indispensables para el funcionamiento de una organización] no militares.
"La Administración Trump también está aprovechando al máximo los fondos de operaciones de contingencia de ultramar, que están excluidos de los límites fiscales: la Administración pretende 70.000 millones de dólares para el resto de 2017 (un aumento en 5.000 millones), más otros 65.000 millones para 2018", señala Preble.
"Este presupuesto confirma en general lo que algunos han sospechado desde el inicio: pese a todas las especulaciones sobre el 'drenaje del pantano' y la reorientación drástica de la política de EE.UU., Trump es un intervencionista comprometido", concluye el autor.