No son los líderes de la nueva lista de los países más felices de la ONU, pero sí han hecho de la felicidad de su gente un objetivo estatal. Conozca las curiosas iniciativas de Bután, India, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y España para hacer que sus ciudadanos sean más dichosos.
Un reino que decidió medir la felicidad en vez del PIB
En el Himalaya se encuentra el reino de Bután, que hace décadas rechazó el PIB como única forma de medir la prosperidad. En ese país, la felicidad nacional bruta (FNB) —o felicidad interior bruta (FIB)— tiene prioridad sobre la riqueza material y se basa en cuatro pilares:
- El desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario.
- La protección y promoción de valores culturales.
- La conservación del medio ambiente.
- Un buen gobierno.
Este indicador se mide a partir de decenas de factores, desde el bienestar psicológico hasta el uso del tiempo.
Otros países han promovido iniciativas similares. En 2013, Venezuela creó el Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, mientras que Ecuador cuenta con una Secretaría del Buen Vivir.
India y el Ministerio de la Felicidad
Inspirado por Bután, Madhya Pradesh (India) ha creado un Ministerio de la Felicidad para garantizar "el contento en la vida de la gente común", según el ministro principal de ese estado y autor de la iniciativa, Shivraj Singh Chouhan, quien establecerá un panel de expertos que sugerirá cómo asegurar ese objetivo.
La misión de ese organismo será observar el bienestar de la población y enseñar cómo ser más felices y tolerantes a través de 70 programas sociales relacionados con el el arte, el yoga, la meditación y otras prácticas espirituales. Además, seguirá el ejemplo butanés para medir el índice de felicidad y comprobar si sus métodos funcionan.
Normalmente, el grado de satisfacción se mide con una tasa de crecimiento económico, algo "no del todo correcto", explica Chouchan, quien recuerda que su país "creyó lo contrario durante siglos" y asegura que "hay otras cosas" que pueden aportar esa alegría.
Patrulla de la Felicidad de los EAU
"¿Para qué sirve un Gobierno si no se preocupa por la felicidad de la gente?", se pregunta Ohood bint Khalfan Roumi, la ministra de la Felicidad de EAU. Esta mujer es consciente de que algunos se pueden burlar de su cargo, creado hace un año para promover una actitud positiva. Ante esa postura, sostiene que la felicidad es "una ciencia" y "un asunto serio para el Gobierno".
Roumi ya ha dado pasos concretos, que incluyen desarrollar una encuesta para determinar cómo se sienten los empleados, el grado de satisfacción en las oficinas públicas mediante emoticonos, un Diálogo Global sobre Felicidad en el marco de la Cumbre Mundial de Gobierno o la campaña '100 días de pensamiento positivo' para estudiantes y profesores.
Su organismo recibe peticiones diversas, desde "Mis padres no aceptarán mi matrimonio. ¿Puede ayudar a convencerlos?" hasta "Tengo una multa de tránsito. ¿Puede arreglarlo?" o, simplemente, "Por favor, háganos felices". Unas de sus medidas más curiosas fue la creación de una Patrulla de la Felicidad: policías que, en vez de lugar multas, entregan regalos a los conductores que no violan las normas.
Sin embargo, la iniciativa de ese Gobierno también tiene opositores, que aconsejan que sus autoridades también se ocupen del respeto de los derechos humanos.
España: "Debemos cambiar los indicadores de éxito"
España es el último país en unirse al club: en abril, el foro organizado por Nueva Economía e Innovación Social (NESI Forum) abrirá el primer centro para medir la FIB porque "la economía debe contribuir a mejorar la felicidad" y estar al servicio de las personas, no al revés, según indica el director de ese evento, Diego Isabel La Moneda.
Este hombre insiste en que debemos "cambiar los indicadores de éxito" y desarrollar nuevos índices que nos permitan conocer qué necesita la gente para ser feliz "y satisfacerlo". De hecho, el Centro Butanés de la Felicidad Interior Bruta abrirá una delegación en España durante el próximo mes para ayudar a establecer medidas que permitan lograr un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente y hacer que la gente sea más feliz.