Además de traficar personas, drogas o armas, el crimen organizado ha expandido sus redes de financiamiento al comercio de los hidrocarburos.
Grupos criminales en México pueden obtener hasta 90.000 en siete minutos al drenar de un oleoducto, de acuerdo con un estudio del centro de análisis Atlantic Council.
"Ha sido un asunto invisible para muchos años, la gente no considera el robo furtivo de petróleo como un problema", afirmó Ian M. Ralby, autor del análisis.
Sin embargo, al menos en México, medios locales y extranjeros han destacado el problema desde el sexenio de Felipe Calderón, cuando el robo de hidrocarburos se extendió del sur a todo el país, aunque el estado sureño de Tabasco está todavía a la cabeza de este delito, reporta El Sol de México.
De acuerdo con un documental de Vice News, desde el año 2000 Pemex ha reportado un incremento de 1548 % en el desvío tomas clandestinas en los oleoductos. Es decir, el crimen organizado le roba a la paraestatal Petróleos Mexicanos cerca de 10.000 barriles de petróleo diariamente a través de tomas clandestinas.
Tan solo en 2013, Pemex encontró 2.000 sifones clandestinos en sus ductos. En ese sentido, Atlantic Council calcula que al año las pérdidas de Petróleos Mexicanos son de 1.000 millones de dólares.
El cártel de Los Zetas, un grupo formado por desertores del ejército conocidos por sus técnicas sanguinarias, controla el 40 % de ese mercado. Después de llevarse el petróleo, dejan abiertas las tomas para que granjeros puedan retirar combustible y así ganarse su simpatía. El grado de penetración de los cárteles es tal, que hay zonas de lugares tradicionalmente petroleros como la cuenca de Burgos en los que los trabajadores de Pemex no se mueven si no están acompañados por el ejército.
Robin Hood del petróleo
"En algunos casos tienen la dinámica de Robin Hood. Los cárteles roban petróleo de una compañía del Estado y la venden con descuentos a los pobres", asegura Ian M. Ralby, quién contrasta los impactos ambientales de los derrames causados por estos grupos, el aumento de fuerzas de los cárteles y los graves accidentes por la extracción ilegal como el de San Martín Texmelucan en 2010, que se cobró la vida de 30 personas.
Además, de acuerdo con Vice News, Pemex ha sufrido el secuestro de 50 trabajadores en los últimos diez años. Es decir, si no se coopera con la extracción de petróleo, se corre el riesgo de morir, asegura el medio, y aclara que este petróleo ilegal tiene muchos compradores: industrias, gasolineras y hasta empresas estadounidenses, por lo que ―concluye― de ese modo es mucho más fácil para los cárteles extraer y vender el crudo que traficar cocaína.