'Las Patronas', el grupo de mujeres que 'alimenta los sueños' de los migrantes que atraviesan México
Cada mañana es la misma rutina: ir por alimentos, hacer la comida, limpiar y reutilizar botellas. Todos los días del año, un grupo de mujeres denominadas 'Las Patronas' rellena bolsas con un poco de pan, tortilla, frijol y arroz para alimentar a los migrantes que pasan en el tren de carga conocido como 'La Bestia'.
¿Cómo nació?
Quién sabe de dónde vendrán, pero tienen hambre y tienen sed
La idea surgió en 1995, cuando dos niñas fueron a comprar pan y leche; al ver su camino interrumpido por el paso del tren con personas hambrientas a bordo, decidieron darles su comida. "No teníamos idea que eran de otros países, pensábamos que era gente de México (...) quién sabe de dónde vendrán, pero tienen hambre y tienen sed. Entonces mi mamá me dijo: 'Vamos a organizarnos'", cuenta Norma Romero, coordinadora del grupo.
Al día siguiente de que las hermanas de Norma les dieran su comida a los migrantes, su madre Leonila decidió actuar: hasta cerca del 2002 sacrificaba las finanzas de su familia por darles agua y comida a los viajeros del tren. Los primeros meses preparaban 30 almuerzos, pero pasado el tiempo y con la colaboración de toda la familia, llegaron a repartir hasta 1.000 bolsas de comida por día.
Comida, ropa y atención médica
Gracias a un proyecto proveniente de Francia, 'Las Patronas' ahora tienen cuartos hechos de bambú que funcionan como un pequeño albergue para los migrantes que deseen quedarse a descansar; les ofrecen comida, ropa y hasta atención médica.
Sin embargo, aunque reciben apoyos en especie -principalmente de parte de universidades y la sociedad civil- ya no se requiere de tanta comida como antes. Desde el 2014, el Gobierno mexicano endureció la vigilancia migratoria con la implementación del Plan Frontera Sur, por lo que los ilegales centroamericanos han buscado otras rutas para no ser detenidos al intentar subir al tren.
Han transcurrido 22 años y a pesar de los pocos migrantes que transitan en 'La Bestia' actualmente, este grupo de mujeres en ningún momento ha pensado en dejar su labor. Un trabajo sin salario que ha llegado hasta la prensa de países de Sudamérica, Europa y Asia; y en México les mereció el Premio Nacional de Derechos Humanos en el 2013.
Apoyo a más de 2 millones de migrantes
"El mundo debe entender el significado de estas mujeres: ellas, desde hace casi 22 años que trabajan con migrantes y a día de hoy, siguen siendo igual o más pobres que cuando empezaron su labor", destaca Javier Ubano, coordinador del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana. El experto indica que la suma de la labor de estas mujeres ya rebasa los 2 millones de migrantes.
Romero señala que ellas no están constituidas como una asociación civil. "Somos un grupo de mujeres voluntarias, no nos están pagando por hacer esto. Vale la pena seguir luchando. Somos muchos los que queremos un cambio y los que necesitamos humanizarnos", concluyen.