Empresas contratan a colombianos, a través de internet, para que sean mercenarios en el Medio Oriente. En una de estas compañías, que se denominada 'Mi futuro global', hay avisos de vacantes de personal médico y paramédico recién graduado, "con disponibilidad de viajar" y para traductores de inglés y árabe.
Global Qowa Al Basheria S.A.S, como es su denominación jurídica, tiene sede en Bogotá, y está autorizada por el Ministerio de Trabajo, según su propia página. Al tratar de ingresar al apartado de 'Reglamentos internos', aparece la leyenda "Página no encontrada".
De igual manera, hay una convocatoria abierta para "personal femenino que tenga disponibilidad de tiempo y quiera trabajar en el exterior" con un mínimo de 1,70 metros de estatura y 70% de manejo de inglés.
Otra corporación de captación de personal es IG Solutions, cuyo contenido en inglés recoge que es "un líder de servicios de mano de obra, de movilización, de formación y de gestión. Con capacidades de reclutamiento en Texas, India, Dubái, África, Perú, Colombia y en todo el Oriente Medio".
¿Quién está detrás?
"Esta modalidad no es nueva. Existe en otros países y se ha desarrollado en Irak y Siria", dice a RT Adel El Zebayar, presidente de la Federación de Asociaciones y Entidades Árabes de Venezuela.
En una nota publicada por 'El Colombiano', un francotirador en Dubái relata en qué consiste el proceso de captación y la remuneración acordada, mucho mayor que la que podría obtener en Colombia.
Los responsables de la captación de personal son, en su opinión, las embajadas de Arabia Saudita y Catar, "que están enlazadas con las compañías de seguridad estadounidenses, dirigidas por el FBI y el Departamento de Estado".
El portal Aporrea cita una investigación del diario 'El Tiempo', hecha en 2004, que arroja que una filial en América Latina de la multinacional petrolera Halliburton Co. ya en ese año reclutaba a militares y policías retirados para ser vigilantes, escoltas de ejecutivos en Irak y refuerzos de las tropas estadounidenses.
Halliburton fue contratada para apagar los incendios causados por derrames petroleros durante la Guerra del Golfo.
Sobre el señalamiento de captación de mercenarios, según 'El Tiempo', ninguna autoridad colombiana se pronunció al respecto.
La situación en 13 años no ha variado. "Esa actitud indiferente del Gobierno colombiano facilita la acción de estas empresas en su territorio, con la complicidad de los servicios de Inteligencia", explica El Zebayar, quien también ha sido combatiente del Ejército del Gobierno de Bashar Al Assad.
¿Qué ofrecen estas empresas?
"La existencia de una cultura militar en Colombia es bien aprovechada por estas organizaciones como lo han hecho en Yemen", considera El Zebayar.
Los honorariospara latinoamericanos, que corresponden a la mitad de lo que le pagarían a un soldado de otros países, podrían estar entre 2.000 y 12.000 dólares.
"Un soldado regular gana 2.600 dólares, un capitán 6.000 y un mayor 12.000", reseña 'El Colombiano', durante unos 10 meses de trabajo.
Tienen 45 días de vacaciones en noviembre y diciembre para visitar a su familia, con quien hablan a través de WhatsApp, Facebook y Skype durante el tiempo de servicio.
"La paga es jugosa cuando haces una comparación con los salarios que perciben en su patria, aceptan porque ese dinero se lo van a depositar a sus familiares", expresa El Zebayar.
"Existe un mercado que se mueve alrededor de la guerra, una pelea de geopolítica. Se aprovechan de la pobreza que se vive en América Latina", agrega.
Estas empresas tienen sus operadores dentro de Colombia, les pagan por buscar a los candidatos. "Ellos tienen sus recompensas, entre 3.000 y 10.000 dólares por encontrarlos, dependiendo de la persona que estén llevando".
Lo que nadie dice
De cada 10 mercenarios en Siria, ocho son extranjeros, dice El Zebayar, quien en 2013 pidió un permiso de sus labores como diputado venezolano para combatir en Siria.
Reclutan a latinoamericanos porque tienen semejanzas fenotípicas con la población del Medio Oriente, a pesar de que no dominen el idioma.
Según informaciones del Gobierno sirio, muchos de esos 150.000 mercenarios que han sido llevados a ese territorio han muerto, "pero son cuerpos que nadie reclama" por temor, agrega.
Nathali Gómez