El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado en el marco del IV Foro Internacional del Ártico, celebrado en la localidad rusa de Arjánguelsk, que el intento "de algunas fuerzas de EE.UU." de llevar las relaciones ruso-estadounidenses "al nivel de la crisis de los misiles en Cuba" es "un gran error".
"Consideramos y tratamos a EE.UU. como a una gran nación soberana, con la que queremos establecer buenas relaciones de socios. El resto son falsedades e invenciones", ha señalado el presidente ruso.
La carta antirrusa
Putin ha opinado que "llevar al absurdo las relaciones entre Rusia y EE.UU. a favor de un calendario político interno no está entre los intereses de la mayoría del pueblo estadounidense".
A la pregunta sobre la presunta injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales en EE.UU., Putin ha indicado: "Léanme los labios: No".
Putin ha señalado que la información sobre el presunto uso de datos por parte de Rusia para influir en las elecciones en EE.UU. "se emplea para la agenda de la política interna" de Washington.
El presidente ruso ha estimado que "la carta antirrusa se juega en interés de ciertos poderes de EE.UU. con el objetivo de levantar y consolidar sus posiciones".
La doble moral
El presidente Putin ha señalado que le parece bien abogar por que "las cuestiones de la lucha contra la corrupción siempre se encuentren en el foco público". Sin embargo, ha expresado que es incorrecto si "algunas fuerzas políticas no intentan utilizar esta herramienta para mejorar la situación del país, sino para su propia promoción ante algunos eventos políticos". En particular, ha mencionado las campañas presidenciales.
Además, el líder ruso ha condenado la doble moral a la hora de dar cobertura a eventos similares en países distintos. Putin ha expresado que "Rusia es criticada por marchas no autorizadas, mientras en París reprimen las protestas".
La seguridad global
En el marco del foro internacional Putin también ha declarado que su país desarrolla actividades militares en su propio territorio, mientras que las actividades militares de EE.UU. en el estado de Alaska, es decir, la elaboración de los sistemas antimisiles, tienen "carácter global", por lo que representan una amenaza para Rusia.
"No se trata simplemente de un sistema de defensa antimisiles, es una parte del potencial nuclear sacado a la periferia", así que "amenaza a la seguridad global".