A la luz de las continuas acusaciones contra Rusia por su presunta injerencia en las elecciones estadounidenses surgen nuevos datos que ponen en duda la veracidad de la información divulgada hasta ahora por los medios.
Washington acusó a Moscú de haber causado la infiltración de los datos del Comité Nacional Democrático de EE.UU. (CND) en verano de 2016, y de haber irrumpido en los sistemas de los 'think tanks' en la capital del país.
Las acusaciones de espionaje cibernético en ambos casos se basaron únicamente en datos de la compañía CrowdStrike, que también propuso que los mismos 'hackers' instalaron en los móviles de militares ucranianos un 'software' dañino que habría funcionado entre 2014 y 2016 y habría causado muchas pérdidas en sus filas durante la guerra civil en el país.
La evidencia de que Rusia hackeó el CND ahora está derribándose
Datos no comprobados
Los medios de comunicación se apresuraron a difundir la información y a culpar al Gobierno ruso de los hackeos. Sin embargo, el pasado 23 de marzo se dio a conocer que la empresa de seguridad cibernética no había utilizado los datos correctos en el informe sobre la cuestión ucraniana.
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés) cuyos datos fueron erróneamente mencionados por CrowdStrike, rechazó el informe e indicó que nunca había sido contactada oficialmente por la compañía. CrowdStrike utilizó como referencia la información publicada en el portal del bloguero ruso Borís Rozhin, que escribe sobre temas políticos.
El propio Ministerio de Defensa de Ucrania declaró en un comunicado del pasado mes de enero que las pérdidas de la artillería eran "varias veces menores que el número reportado por Crowdstrike" y que "no están relacionadas con la causa específica" del hackeo ruso.
Marcha atrás
El pasado 24 de marzo la empresa de seguridad cibernética revisó y se retractó las declaraciones que había utilizado para apoyar el presunto hackeo ruso durante la campaña presidencial en EE.UU.
El escritor y periodista estadounidense Justin Raimondo ha expresado en su portal AntiWar.com que "la evidencia de que Rusia hackeó el CND ahora está derribándose".
Raimondo ha destacado "la dependencia completa del FBI en el análisis de CrowdStrike", ya que la agencia "no hizo ningún trabajo forense sobre los servidores del CND", antes de que CrowdStrike tuviese acceso a ellos. El propio FBI nunca ha analizado los servidores.
La información sobre el presunto papel de Rusia en el hackeo en EE.UU. y Ucrania fue ampliamente difundida. No obstante, la noticia de la poca fiabilidad de la única fuente en los casos mencionados no ha suscitado ningún interés en los principales medios de comunicación.