En el Ministerio de Exteriores ruso han sorprendido las palabras del secretario de EE.UU., Rex Tillerson, sobre la supuesta "agresión rusa" y sus afirmaciones según las cuales las sanciones contra Moscú no serán levantadas "hasta que Rusia devuelva Crimea a Ucrania" y se cumplan los acuerdos de Minsk.
"Lamentamos que esas evaluaciones se hicieran al día siguiente de la reunión del Consejo Rusia-OTAN, donde, según el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, se llevó a cabo una discusión sustancial 'en un ambiente abierto y constructivo'. Parece que esas palabras distan mucho del posterior 'baile ritual' entre los miembros de la OTAN", reza un comunicado publicado en el portal de la Cancillería.
Desde el Ministerio de Exteriores han recordado que en la reunión del Consejo los representantes de la Alianza destacaron la necesidad de aumentar la predictibilidad de las actividades militares. "Surge una pregunta válida: ¿Cómo se pueden esperar unas relaciones constructivas, cuando la Alianza sigue actuando de acuerdo con esquemas anteriores, cuando EE.UU. y sus aliados siguen centrados en aumentar su presencia militar cerca de nuestras fronteras y atribuyen estas acciones a la necesidad de disuadir a Rusia?", han preguntado en la Cancillería.
El texto dice que en realidad se impone a Rusia un modelo de relaciones de confrontación que se basa en la lógica de un enfrentamiento militar. El documento también indica que no se ven señales de que el bloque esté dispuesto a volver a cooperar en la esfera de los intereses comunes para luchar contra retos reales de seguridad.
"Una vez más, la OTAN antepone sus dogmas ideológicos a la solución de los problemas globales. La única conclusión es que solo cambios fundamentales en la Alianza (…) pueden dar una oportunidad de avances en el ámbito de la seguridad europea", concluye el Ministerio de Exteriores.